Jalisco se rezaga en combate a la trata de personas

GUADALAJARA, JALISCO (28/SEP/2013).- Guarda silencio y escucha con atención a las personas que la acompañan; detiene su mirada en las cámaras; cuando le toca usar el micrófono, explota: “Ya tenemos que hacer algo; no es justo que una muchacha de 14 años esté en una esquina perdiendo su vida, sus esperanzas y sus sueños. Yo los perdí y no quiero que a ellas les pase”.

“Celeste”, una joven de acento costeño, recuerda la dolorosa experiencia que padeció durante ocho años, durante los cuales su cuerpo fue el negocio de un delincuente. El dolor no es lejano: terminó hace apenas cinco meses y es evidente que le cuesta trabajo hablar del tema en el Ayuntamiento de Guadalajara, donde participa en un foro sobre la trata de personas, ante una multitud y cámaras de televisión. Pero un suspiro hondo es suficiente para recobrar el coraje.

“Celeste” es una víctima más de la trata de personas, un delito que no está dimensionado con claridad en Jalisco: no hay estadísticas detalladas de incidencia y denuncia, aunque la Comisión Nacional de Derechos Humanos ( CNDH) calcula que enreda a más de 20 mil mexicanos al año. Es un fenómeno que se piensa “lejano”, o privativo de estados fronterizos y otras naciones. Pero la regidora tapatía Victoria Anahí Olguín Rojas dice que está presente en todo el país, “y está hoy en Guadalajara”.

Pero el principal problema reside en que Jalisco carece de investigación para combatir y erradicar el delito: hay una fiscalía especializada de la autoridad federal, en la Procuraduría General de la República, y en junio pasado la Fiscalía Central del Estado apenas anunció la creación de una unidad especial para combatirlo.

No obstante, la regidora advierte de que impulsará desde el pleno del Ayuntamiento tapatío la creación de un consejo para atender este tema y crear un reglamento.

Mientras las propuestas de la regidora están en estudio en el Congreso de Jalisco, organizaciones civiles de Jalisco aprovecharon la semana dedicada al combate contra la trata de personas, en torno al día internacional sobre esta actividad, que se celebró el 23 de septiembre, y subrayaron una demanda que vienen planteando hace más de un año: que Jalisco se apresure a armonizar su legislación con la ley federal sobre el tema que existe desde junio pasado.

En concreto, advirtieron las organizaciones convocadas, Jalisco debe sumarse al protocolo de defensa y protección de las víctimas de trata de personas y homologar sus leyes con el Reglamento de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos.

La Fundación Reintegra, por ejemplo, le reconoce a la Fiscalía General del Estado los logros en el combate a la explotación laboral de los jornaleros agrícolas de Jalisco, pero el presidente de esa asociación, Germán Villar, reprueba que Jalisco no tenga datos estadísticos de afectados a escala local.

Además, México ha firmado tratados internacionales que le exigen el cumplimiento y la preservación de los derechos de las víctimas de trata, que son “muy distintos” entre sí.

“Esto no nace en la buena idea de alguien; es una corriente internacional que trabaja por eliminar el delito (…) las autoridades legislativas tienen un gran reto enfrente”.

México, sólo por debajo de Tailandia

Tras la apertura de la semana municipal en el Ayuntamiento de Guadalajara contra la trata de personas (con motivo del día internacional dedicado al combate de este flagelo, el 23 de septiembre pasado), Germán Villar mencionó que México ocupa el segundo puesto mundial en los registros (que los hay, aunque no seccionados por entidad federativa) de trata de personas, sólo por debajo de Tailandia. Sin embargo, no comentó qué fuente oficial valida el comparativo.

El fundador de Reintegra, institución que desde 2007 ha logrado “rescatar” y reinsertar a la sociedad a más de 160 mujeres que eran prostituidas, lamentó que sólo en el Distrito Federal las autoridades tengan cifras específicas.

El fenómeno crece, aseguró, porque en México la comunidad “compra” los servicios que ofrecen quienes trafican con las víctimas, “porque seguimos yendo a esos lugares a contratar el cuerpo de una mujer, porque vamos y compramos una mujer. El día en que detengamos el consumo, se acabarán las víctimas”.

La Fundación Reintegra colabora con la Procuraduría del Distrito Federal y la PGR, aunque también ha comenzado a trabajar con las procuradurías de Estado de México, Puebla, Tlaxcala y Baja California. Brinda protección a las víctimas en refugios de alta seguridad.

Actualmente hay 14 jóvenes protegidas en la fundación; algunas ya han sido atendidas y hoy llevan una vida normal. Incluso hay quienes decidieron casarse o desarrollar una carrera profesional, como derecho, ingenierías o escuela de belleza.

“Necesitaban de mucho tiempo para reintegrarse de manera digna y segura a la sociedad”, diagnostica Germán Villar. “Muchas no podían regresar a sus lugares de origen, y muchas habían perdido a sus familias o simplemente no la tenían (…) Comprendimos que empoderarlas es poner en sus manos lo que les fue arrebatado, lo que por derecho les corresponde: esas oportunidades de desarrollo”.

• EXPERTA RECUERDA CIFRAS DEL ESTADO

Desapariciones: el peligroso vínculo

El Congreso de Jalisco no ha armonizado la legislación local contra la trata de personas con la ley general en la materia, más avanzada y que está vigente desde hace más de un año, lo que obstaculiza el combate de esta actividad ilegal, advierte Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Unidos contra la Trata AC y una de las principales impulsoras del ordenamiento que ahora rige para todo el país.

Orozco era diputada federal cuando se aprobó la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, vigente desde el 14 de junio de 2012; como activista brindó una conferencia en el Palacio Municipal de Guadalajara en el marco de la semana dedicada al abordaje y difusión de esta problemática.

Recordó que uno de los artículos transitorios de la Ley General obliga a las entidades federativas a adoptar todos sus conceptos y lineamientos, incluyendo la imposición de penas de dos a 40 años contra los tratantes; sin embargo, dijo, el Congreso de Jalisco no ha mostrado interés en cumplir.

Recordó que Jalisco es el cuarto lugar nacional en desapariciones, con mil 184 mujeres en este estatus, 53 de cada 100 casos documentados en el Estado (en total hay dos mil 230, según el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas: EL INFORMADOR, 24/ABR/2013). “Es el cuarto Estado con mayores desapariciones, tienen ustedes una cantidad bastante fuerte”.

El peso de la pobreza

E insistió en un diagnóstico que retrata la gravedad del problema en el país: “Primeramente, la raíz por la cual las personas son enganchadas, captadas por el crimen organizado, es la pobreza; es lo más doloroso: buscan a las personas más vulnerables, a las que vienen de violencia familiar, niñas que se salen de su casa porque ya había violencia en el hogar, con bajo nivel educativo”.

Es decir, Orozco, al igual que otros actores sociales como el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad) en Jalisco y otros especialistas (la experta María Marcela Lagarde y de los Ríos, por ejemplo), halla un vínculo entre la alta cantidad de personas desaparecidas y la existencia de redes de trata, que se dedican principalmente a la explotación sexual de mujeres.

“Hoy la ley castiga la explotación de la prostitución ajena (pero) todavía no se armoniza en Jalisco, aquí todavía no se ha hecho una armonización con la Ley General”, subrayó al insistir en que Jalisco debe armonizar sus leyes con las nacionales: “Que se asignen recursos para hacer diagnósticos; hay organizaciones muy buenas trabajando aquí, como Fin de la Esclavitud, y que por favor, de la mano de ellas, también se abran albergues, refugios, casas, para tener especialización en el tema. Urge todo esto y que la sociedad civil comience a denunciar más y más”.

NUMERALIA

El problema

27 millones de personas viven en situación de esclavitud en todo el mundo.

27% de las víctimas son menores de edad, según la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.

2 de cada tres menores víctimas de trata son niñas.

44% de los casos de trata de persona tienen que ver con trabajo forzado.

906 averiguaciones previas fueron abiertas por trata de personas en México entre 2009 y 2012; 396 fueron consignadas y sólo 92 han llegado hasta sentencia.

20 mil mexicanos al año se convierten en esclavos.

1.8 millones de víctimas se calculan en Latinoamérica y el Caribe.

Fuentes: ONU, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Organización Internacional del Trabajo.

SABER MÁS

01-800-5533-000

Línea telefónica nacional de denuncia contra la trata de personas; está disponible los 365 días del año y es totalmente confidencial.

TESTIMONIO

“Conocí a un tipo que me enganchó”

Ella creyó que era amor. Un joven con mucha labia convenció a Madai de salir de su hogar y mudarse a la Ciudad de México. Ocurrió sólo tres semanas después de conocerse. Ella acepta que fue la inmadurez de sus 19 años.

Una falda corta y un paseo nocturno por la tristemente célebre calle Sullivan, en la ciudad capital, fueron su obligación durante dos años. No hubo descanso ni durante los días de su periodo menstrual. La instrucción era ruda: trabajar con su cuerpo para quien pagara por él.

“Pasé por muchas cosas y fue el peor infierno: aguantar golpes, la humillación cuando no estaba completa la cuenta, aguantar a los clientes y las amenazas…”.

No podía salir del círculo en que se metió por amenazas de muerte hacia su familia. Y le tocó conocer a autoridades: policías que conocían a la perfección cada eslabón de la cadena de producción dedicada al placer sexual. “Uno de ellos, muy cínico, sacó su placa y me la enseñó para que no tuviera miedo; decía que no quería hacerme nada malo. Y no era el único que iba a esos lugares; también personas que tenían un cargo público”.

Eventualmente la redención llegó y en el camino encontró asistencia de la fundación Reintegra, una asociación que ahora preside de forma honoraria. “Hoy, el tipo que me enganchó está en la cárcel”, celebra Madai, quien no sólo encontró valor para escapar de lo que denomina su “infierno” y evitar que la trasladaran a Estados Unidos, a donde sus “dueños” pensaban expandir el negocio. Hoy también destaca su ánimo para plantarse y mostrar su rostro frente a cámaras y grabadoras para hacer público su testimonio, en aras de que más jóvenes “enamoradas” aprendan de su experiencia y eviten caer en las redes de la trata de personas.

“¿Cuándo han visto que la gente tenga un signo de precio? Yo no tenía un signo de precio, y me pasó: nadie está exento de ser víctima de trata. Lo que se busca es que todos levanten la voz, y que recuerden que hay víctimas, pero también hay sobrevivientes que piden ayuda”.