Fomenta UdeG desarrollo del náhuatl

El profesor de náhuatl, del Departamento de Historia, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Alejandro Contreras Alexanderson, alabó las acciones del gobierno del Distrito Federal para revitalizar y hasta reconocer de manera oficial esta lengua nativa que tiene casi un millón y medio de hablantes en México, de manera que espera que dicha iniciativa no quede en buenas intenciones.
 Explica que la iniciativa es muy buena y parece de buena fe, pero desconoce si los gobernantes han pensado en la enorme cantidad de profesores que requieren para poderla hacer efectiva. “Creo que no hay profesores suficientes. Los pocos que hay, tienen su oficinita y enseñan a los que van, pero son necesarios muchísimos maestros para divulgarla como pretenden”.
 Espera que tampoco haya “intereses políticos detrás de esto, sólo para impresionar a la gente o para que las autoridades incrementen su popularidad, pues existe la paradoja de que, por un lado, prohíben o disminuyen el estudio de la historia prehispánica en las escuelas, y por otro quieren fomentar la lengua nativa que hablaban los habitantes del centro del país”.
 “Vamos a suponer que es sincera esta iniciativa, volvería a preguntar: ¿con qué, dónde y con cuánto personal van a trabajar, y en cuántos años lo van a implementar? No es algo fácil de lograr, es decir, de un día para otro”.
 Contreras Alexanderson, con cincuenta años como profesor de la lengua nativa y formador de muchas generaciones de estudiantes, comentó que sí hay gente interesada en aprender náhuatl. “Los más interesados serían gente que vive en determinadas colonias, empleados que vienen de pueblos, quienes agrupados, son reservorios de la cultura mexicana tradicional, y quienes todavía hacen sus fiestas al estilo antiguo”.
El académico de la Universidad ve difícil que una iniciativa así pueda ser implementada en nuestro estado, ya que “el cariño hacia nuestra cultura tiene que fomentarse, sembrarse, y muchos han hecho todo lo contrario durante años. Aquí mismo, en Guadalajara, tenemos algunos pequeños grupos que se reúnen para hablar náhuatl, pero la policía llega y los ahuyenta. Hay mucho racismo aún”.