El día que Homero habló ante las cámaras

GUADALAJARA, JALISCO (19/MAR/2013).- Cuando el calor esté en el punto cumbre del día y se acerquen las 15:00 horas, Homero se parará ante las cámaras de televisión. Con la voz quebrada contará su tragedia. Hablará de violaciones, extorsiones y un sinnúmero de abusos. En su mundo, el de los migrantes, sobrevivir es una tarea cada día más difícil. En ese momento dirá contundente: no pide nada más que la ayuda para llegar a Estados Unidos y tener algo de comida en el camino.

Una hora antes de ese hecho, la situación es diferente. Homero está sentado bajo la sombra que le proporciona un muro a sus espaldas. Espera que sea su último día en Guadalajara. El lunes intentó subir al tren que lo acercará más al país vecino, pero no tuvo suerte. Dice que cualquier paso en falso a la hora de subir al tren conlleva el riesgo de quedar, en el mejor de los panoramas, mutilado. No es un principiante en estos traslados, pues los realiza desde que tenía 12 años. Hoy tiene 38.

Cuenta que viene de Panamá. Cuenta que allá todo lo quieren vender en dólares y así no se puede vivir. Cuenta que en su tierra le queda trabajar en el campo por un equivalente de 50 pesos mexicanos al día. Por eso es migrante y no le queda otra que aguantar los malos tratos que sufre en el camino. Como en Chiapas, donde los policías lo golpearon -se levanta la camisa y dice que todavía le duele a la altura de las costillas- y le quitaron sus cosas. O como a la entrada de Jalisco, donde afirma que la gente que los ve pasar les lanza piedras. Marco, de origen Guatemalteco, está a su lado y habla poco. Pero en ese momento reafirma la versión de su compañero: sí, se las han lanzado.

A unos metros de ellos, cruzando la cuadra, han levantado un toldo blanco. El anuncio es que Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ), estará presente para informar sobre el arranque del diagnóstico sobre la garantía de los derechos humanos de los migrantes. Junto al toldo, unas personas apilan varias cajas de refrescos y acomodan una multitud de lonches. No tarda en formarse la fila: cada migrante va a recoger su alimento, entre ellos Homero.

Álvarez Cibrián dio su discurso: será el Instituto de Investigación y Capacitación de la CEDHJ el que difunda entre los migrantes los derechos que se les deben respetar; que de más de 100 migrantes entrevistados, 15 por ciento señaló a un policía por maltrato, y que dijeron que se trataba de un hombre robusto, alto y calvo; que la Universidad de Guadalajara estará cercana para realizar esta tarea. Homero, con lonche y refresco en mano, escuchó atento. La mayoría de los migrantes regresaron a la banqueta donde se encontraban, sin escuchar lo que la autoridad tenía que decir. Marco lo decía claro: de qué nos sirven los discursos, si nada más estamos de paso.

Después de los discursos sobre las acciones que habrán de emprenderse, Homero pidió la palabra. Sin guiones, rodeado de hombres con traje y rodeado de varias cámaras, contó su tragedia. Voz entrecortada y rasposa. Yo no pido nada, insistió, sólo la ayuda para llegar.


EL DATO

Etapas del diagnóstico

1. Levantamiento de encuestas entre migrantes, autoridades, asociaciones civiles y población en contacto cotidiano con ellos.

2. Solicitud de información al Instituto Nacional de migración, Fiscalía General del Estado, Secretaría de Gobierno, Secretaría de Salud, Secretaría de Desarrollo e Integración social, entre otras autoridades.

3. Concentración e interpretación de datos recabados.

4. Análisis de la problemática y propuestas para generar mejores prácticas sociales, políticas públicas o nuevas medidas legislativas.

EL INFORMADOR/ ROBERTO MEDINA