Viernes, 03 de Mayo 2024
Jalisco | Pórtico

Distinguido homenaje a Enrique Varela Vázquez

Por: Luis René Navarro

Por: EL INFORMADOR

Por sus extraordinarias aportaciones a la buena marcha de Guadalajara y de Jalisco, en los campos profesional, cultural y social, acaba de ser homenajeado el distinguido jalisciense Enrique Varela Vázquez, con la Medalla de Honor “Fray Antonio Alcalde y Barriga”.

En el acto de entrega de esta medalla se destacó la trascendencia de su trabajo, honestidad, dedicación, entrega y modestia, pues se abstuvo de asistir a su homenaje.

En su carismática y efectiva función durante varias décadas del siglo 20 siempre contó con el esfuerzo y respaldo de su eficiente secretaria, la inolvidable Lucha Martínez.

Enrique abrió puertas para los acuerdos y soluciones y cerró ventanas a los vendavales y a las discordias.

Nuestros primeros contactos con Enrique ocurrieron cuando en diciembre de 1958 coordinaba el trabajo que los sectores oficial, privado y religioso hacían para recibir al arzobispo José Garibi Rivera a su regreso de Roma, donde recibió el capelo cardenalicio, con lo que se convertía en el primer cardenal mexicano.

Nuestras relaciones continuaron cuando fungió primero como gerente y luego como director de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, durante varias décadas.

También fuimos testigos de las no pocas ocasiones en que Enrique tuvo que asumir la dirección plena de la Cámara, ante las ocupaciones personales que algunos presidentes tenían.
También fue un enlace muy efectivo entre los comerciantes y las autoridades civiles y eclesiásticas, lo que se tradujo en una adecuada solución para muchos problemas.

Uno de los mejores logros de Enrique fue que la hidroeléctrica de Santa Rosa se construyera en Jalisco, como así lo fue, y no en Nayarit que también la quería.

Enrique siempre estuvo comprometido con las justas aspiraciones de los tapatíos y jaliscienses, sin embargo, en el merecido homenaje que se le tributó el pasado 10 de este mes, quedaron en el tintero dos facetas de Enrique, que bien vale la pena analizar.

La primera es que durante varias décadas del siglo 20, primero como gerente y luego como director de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, fue la piedra de toque, el equilibrio deseado entre los empresarios y los diversos sectores tapatíos y jaliscienses.

Siempre argumentó que las declaraciones importantes y decisivas de la Cámara deberías ser hechas por el gerente o por el director del organismo, para que si se equivocaba siempre estaría la figura del presidente para corregirlo o rectificarlo, porque de lo contrario si el presidente hacía la declaración y si incurría en un error no había nadie que corrigiera la equivocación.

Otra faceta de Enrique que se quedó en el tintero es la relativa a la enorme deuda que tiene con Guadalajara, al no escribir todo lo que sabe sobre la historia reciente de nuestra ciudad.

Por si usted no lo sabe, Enrique tiene una memoria privilegiada que retiene, lúcidamente, muchos de los acontecimientos que hemos vivido en los últimos años, datos que, incluso, ni siquiera han sido publicados o difundidos por algún medio de comunicación.

Es muy importante que sepamos de una buena fuente todo lo que pasó en nuestros años recientes, y nadie mejor que Enrique para que nos los cuente.

Enrique, perdón por el compromiso que te estoy endosando, pero es que primero pienso en Guadalajara antes que en nosotros mismos.

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