Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah Declaración patrimonial Decir que el liderazgo de ''El Mike'' es positivo para el gobierno de la prisión, es bestial Por: EL INFORMADOR 14 de mayo de 2010 - 06:37 hs José González Jiménez, director general de Prevención y Readaptación Social (Digpres) no puede ni debe continuar en su cargo. Sus declaraciones en torno a los liderazgos positivos de los jeques de la penal y los privilegios ganados con base en buena conducta para justificar las celdas de lujo, hacen imposible que el señor se quede en el cargo. No es un asunto de cacería de brujas, sino de simple y llana política. Alguien que confiesa que la tranquilidad del penal está en ceder la autoridad que él tiene delegada para que sean otros los que ejercen el poder, está perdido. Ahora sí que, recordando a Carlos Monsiváis, en la rueda de prensa de anteayer el señor González Jiménez hizo una impecable declaración patrimonial de sus bienes intelectuales. Suponiendo sin conceder que lo que dijo el director de Readaptación y Prevención Social tenga toda la razón y que la única forma de gobernar la cárcel sea pactando con los líderes, con los machos alfa de la manada, hay cosas que simplemente no se dicen. No sé si es un exceso de candidez o de cinismo, pero decir que el liderazgo de “El Mike” es positivo para el gobierno de la prisión, es bestial. Uno supone (y en realidad preferimos no enterarnos) que en las cárceles hay una real politike tal como existe en la sociedad, que más allá de las normas hay formas de convivencias que se generan en el día a día y se gestionan de manera muy particular. Pero es como si el director de seguridad de un ayuntamiento o un procurador salieran a decirnos los pactos que existen con las pandillas del barrio o con un grupo de delincuentes para mantener la tranquilidad de una ciudad. Todos sabemos que estas cosas pueden ser posibles y que existen en la política real, pero también sabemos que cuando se explicitan, dejan de funcionar. González Jiménez se tiene que ir, pero para efectos de la vida institucional eso es lo de menos. El problema es que quien entre tendrá cero margen de maniobra. Lo que se haga se verá con lupa y los privilegios tendrán que ser abolidos o por lo menos, escondidos durante un tiempo. Antes teníamos dudas sobre lo que pasaba en la prisión, hoy lo que tenemos, gracias a la declaración patrimonial del señor director del Digpres, es la certeza de que la cárcel nada tiene que ver con aquello para lo que fue creada y que la corrupción es la moneda de cambio de una lado a otro. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones