Viernes, 17 de Mayo 2024
Jalisco | Ahora, en lugar de imponer una multa a estas personas, las está poniendo a barrer las calles

Acciones por una ciudad limpia

El Ayuntamiento de Guadalajara acaba de imponer una modalidad en la aplicación de correctivos a las personas que son sorprendidas tirando basura en calles

Por: EL INFORMADOR

El Ayuntamiento de Guadalajara acaba de imponer una modalidad en la aplicación de correctivos a las personas que son sorprendidas tirando basura en calles, banquetas y espacios públicos.

Ahora, en lugar de imponer una multa a estas personas, las está poniendo a barrer las calles, bajo el principio de limpia lo que ensuciaste.

Este cambio en realidad no es nuevo en Guadalajara, ya que en décadas pasadas, sobre todo en las primeras de la segunda mitad del siglo próximo pasado, a los detenidos por faltas administrativas y delitos menores que no podían pagar la multa correspondiente, los sentenciaban a pasar detenidos 15 días en la Correccional.

Se trataba, generalmente, de vagos, malvivientes, raterillos, alcohólicos o fumadores de marihuana, que quedaban detenidos en la Correccional porque sus familiares no pudieron pagar la multa que les imponían.

Al ser internados, se les bañaba en unos locales que tenían regaderas por todos lados, luego les cortaban el pelo, se les auscultaba para detectar alguna enfermedad, y así darles el tratamiento adecuado.

A los borrachitos se les aplicaba el suero necesario para que se desintoxicaran.

También se les lavaba y desinfectaba la ropa y el calzado.

Al final se les mostraba dónde iban a comer y a dormir.

En la práctica, este internamiento venía a ser una buena solución para muchos de ellos, ya que al menos durante 15 días no se iban a preocupar por esas necesidades.

Sin embargo, en todos esos días se les sacaba en grupos, para que barrieran las calles, especialmente las avenidas y calzadas, con la consiguiente vigilancia policíaca.

Como muchos de esos detenidos en la Correccional eran pillos consumados, al cumplir sus 15 días de detención eran nuevamente aprehendidos e internados por otros 15 días, pues las autoridades policíacas buscaban impedir su presencia en las calles, sobre todo en los barrios donde habitualmente operaban. A esta operación se le llamaba 15 y vuelta y a los detenidos quinceados.

Todo este barrido de calles era complementario a la limpieza que todos los días hacían del frente de sus domicilios los demás habitantes de Guadalajara, por lo que se lograba que toda la ciudad estuviera libre de basura y  con una excelente presencia.

Claro que había otros factores que colaboraban a hacer factible esta realidad, como eran entre otros, el que en esos años aún no hacía su aparición esta plaga moderna, que ahora padecemos, del reparto indiscriminado de volantes publicitarios, casa por casa, en toda la Zona Metropolitana de Guadalajara, y que en un gran porcentaje va a terminar en las banquetas y en las calles, no sólo ensuciándolas, sino ocasionando problemas de taponamientos en alcantarillas y bocas de tormenta en todos los temporales de lluvias, con las consiguientes inundaciones en varias partes de esta zona.

Otro factor que ayudaba  también a mantener limpia la ciudad, era el que en esos años no se tenían los productos plásticos y desechables, como vasos, platos y recipientes diversos, ni las bolsas de plástico, y tampoco teníamos los envases de ese mismo material para diferentes líquidos, ni las botellas de refresco no retornables, y sólo empezaban a aparecer, con un uso no generalizado, los botes de aluminio para refresco y cerveza.

Muchísimos de estos productos, en lugar de depositarse en las bolsas con basura, se les avienta, simplemente, a las calles, con los problemas consiguientes de desaseo y de taponamiento de alcantarillas.

Por eso, lo que ahora se necesitan son campañas de convencimiento del aseo público que debemos observar y fomentar, sobre todo en la formación de niños y jóvenes.

En lo que toca a los volantes publicitarios, que son repartidos casa por casa, y que van a parar a las calles como basura, el Ayuntamiento debe estudiar, detenidamente, la conveniencia de prohibirlos, habida cuenta que con ello no se afectaría la libertad de expresión, pues hay suficientes medios y canales de comunicación, en los que tendrían un sitio adecuado, sin causar problemas a la ciudad.

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