Internacional | Malala relata la tensión que vive Soñé helicópteros militares y los talibanes: Gul Makai Las represalias del grupo islámico han paralizado por el momento los sueños de la joven activista Yousafzai Por: EL INFORMADOR 17 de octubre de 2012 - 00:57 hs El artista hindú Sudarsan Pattnaik le da un toque final a la escultura hecha a mano en honor a la paquistaní Malala Yousafzai. AFP / ISLAMABAD, PAKISTÁN (17/OCT/2012).- “Tengo miedo. Ayer tuve un sueño horrible con helicópteros militares y los talibanes. He tenido esos sueños desde que empezó la operación militar en Swat”, escribe Gul Makai en su diario el 3 de enero de 2009. Bajo este seudónimo firmaba su blog Malala Yousafzai, la joven de 14 años, activista por la escolarización de las niñas, a quien los talibanes intentaron matar el 9 de octubre. Cualquiera de los habitantes de Mingora, la capital del valle del Swat, en las estribaciones del Hindu Kush, podría haber suscrito sus palabras, pero Malala apenas tenía 11 años cuando la web en urdu de la BBC decidió publicar su diario. Lo que había empezado como un ejercicio de redacción se convierte en una muestra de resistencia y una denuncia ante las imposiciones de los talibanes. No sólo las pesadillas que le provocan los combates asustan a Gul Makai. También el ir al colegio, porque “los talibanes han emitido un edicto que prohíbe ir a la escuela a todas las niñas”. Malala, mantuvo su diario hasta principios de 2011, pero son las primeras entradas las que han atraído un mayor interés al describir su vida cotidiana bajo el dominio talibán. La BBC ha traducido al inglés en su web los días que precedieron a la clausura de las escuelas de niñas en enero de 2009. De la mano de Gul Makai, se ve cómo el mundo se va estrechando a su alrededor a medida que los talibanes imponen su ley, que prohibe la música o que las mujeres salgan solas a la calle. El domingo 4 de enero, cuando se levanta, oye a su padre comentar que se han encontrado otros tres cuerpos tirados en el cruce de Green. “Me sentí mal cuando oí esa noticia” escribe. Al día siguiente, cuando se está preparando para ir al colegio, recuerda que el director les pidió ir vestidas de calle en lugar de con uniforme para no llamar la atención de los talibanes. “Así que decidí llevar mi vestido rosa favorito. Otras niñas también llevan ropa de colores alegres y el colegio tiene un aspecto hogareño”. Mientras hacen la fila en el patio por la mañana, les dicen que no lleven ropa de colores alegres “porque podría molestar a los talibanes”. La angustia que viven las pequeñas se cuela cuando relata que una amiga le ha preguntado: “Por el amor de Dios, dime la verdad, ¿van a atacar nuestra escuela los talibanes?”. La pregunta se queda en el aire, sin respuesta. Pero un informe publicado por el Ejército en aquellas fechas aseguraba que los talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y colocado bombas en otras cinco. Al terminar las clases, Malala vuelve a casa, hace los deberes, juega con sus dos hermanos y ve la tele. Se alegra de saber que después de 15 días se ha levantado el toque de queda en Shakardra. “Nuestra profesora de inglés vive en esa zona y es posible que ahora vuelva a darnos clase”, anota. La escuela es para ella el contrapunto de la guerra, como lo es la oportunidad de escapar de ese entorno opresivo, aunque sea por un día, como sucedió el miércoles 7. “He venido a Buner por Muharram (festividad musulmana). Me encanta Buner por sus montañas y sus exuberantes campos verdes. Mi Swat también es muy bonito, pero no hay paz”. A su regreso de Buner, la preocupación de Malala es el destino del maulana Shah Dauran, “quien ha prohibido que las niñas vayan a la escuela”. “Hay rumores de que ha muerto porque la noche pasada no dio su habitual sermón en la radio”. Como es viernes, Malala no tiene deberes, así que juega y ve tele, donde oye la noticia de explosiones en Lahore. “Me pregunto por qué ocurren estas explosiones en Pakistán”, concluye su entrada. Tarda varios días en volver a escribir y cuando lo hace, el miércoles, 14, es para expresar su temor de que su colegio no vuelva a abrir tras las vacaciones de invierno. “El director anunció las vacaciones, pero no mencionó qué día tenemos que volver. Es la primera vez que ocurre. El director no nos ha informado sobre la causa, pero temo que sea porque los talibanes han prohibido la escolarización de niñas a partir del 15 de enero”, interpreta. Seis meses después, Malala está más decidida que nunca a hacer campaña por la educación de las niñas. Incluso sin la presión de los talibanes, escolarizarlas es una ardua tarea que choca con la ausencia de instalaciones y la falta de medios de muchas familias. Malala estaba aprovechando la fama que le ha dado su blog para tratar de crear un fondo que las ayude. Su querido Swat ha sido liberado de los talibanes, pero la versión del islam y la agenda que quieren imponer por la fuerza sigue siendo una amenaza. El martes, cuando le dispararon, acababa de hacer su examen de mitad de curso del noveno grado, el equivalente al cuarto grado de la ESO. El País FRASE"Antes de que empezara la operación militar, todos solíamos ir de pic-nic los domingos a Marghazar, Fiza Ghat y Kanju " "En mi opinión, la escuela volverá a abrir un día, pero cuando me iba, he mirado al edificio como si no fuera a regresar nunca " Gul Makai, (seudónimo de Malala) Temas Asia Talibán Pakistán Lee También Pakistán y Afganistán acuerdan un cese al fuego Nominados de los MAMA Awards 2025 y cómo votar por tu favorito Cifras de fallecidos en las explosiones en Kabul antes del alto al fuego con Pakistán Pakistán bombardea instalaciones de los talibanes en Kabul y Kandahar Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones