La ONU urge a un alto el fuego en el Congo

NACIONES UNIDAS.- El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, llamó a un alto el fuego inmediato en el Este de la República Democrática del Congo para proporcionar ayuda urgente a unos cien mil civiles atrapados en la zona del conflicto.

Los civiles están en áreas al norte de la ciudad de Goma dominadas por los rebeldes tutsis enfrentados desde hace semanas con el Ejército congoleño por el control de la provincia de Kivu Norte.
“A causa de los enfrentamientos, esta gente no ha recibido prácticamente ningún tipo de ayuda y su situación es cada vez más desesperada”, apuntó el secretario general.

Aseguró que unas 250 mil personas han sido desplazadas por los combates, y que de ellas 100 mil se encuentran atrapadas “sin contacto”, detrás de las líneas rebeldes en las localidades de Rutshuru y Masisi Este.

Ban aseguró que se ha movilizado a todas las agencias de Naciones Unidas para ofrecer la ayuda necesaria a quienes no han recibido ningún tipo de asistencia desde el inicio de los combates, hace casi dos meses.

El responsable de la ONU también se mostró particularmente preocupado por las recientes denuncias de asesinatos de civiles, saqueos y violaciones, tanto por parte de los rebeldes como de las tropas gubernamentales.

Agresiones de uniformados
La Misión de la ONU en la RDC (MONUC) denunció que soldados de las Fuerzas Armadas congoleñas (FARDC) han cometido saqueos y agresiones contra los civiles de Kanyabayonga, una localidad de la provincia oriental de Kivu Norte.

Al mismo tiempo, investigadores de la ONU hallaron una decena de fosas con cadáveres aparentemente de víctimas civiles de una masacre cometida supuestamente por los rebeldes.

Ban lamentó que se sigan sucediendo los combates pese a la petición de alto el fuego efectuada en la reciente cumbre de Nairobi de líderes africanos a todos los grupos armados que operan en ese rincón del la RDC, en la frontera con Ruanda y Uganda.
MONUC informó de nuevos enfrentamientos de tropas gubernamentales, apoyadas por dos milicias, una local y la otra ruandesa, con efectivos del rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), liderado por el general renegado Laurent Nkunda.