Gobernadora electa en Nuevo México rechaza una ley como la de Arizona

MIAMI, ESTADOS UNIDOS (07/NOV/2010).- La gobernadora electa de Nuevo México, Susana Martínez, aseguró a la cadena de televisión Univisión que no busca una ley antiinmigrante como la de Arizona para su estado.  

En entrevista transmitida este domingo por el programa "Al Punto", del periodista Jorge Ramos, la futura gobernadora dijo que su preocupación es impedir que en Nuevo México se apruebe una ley que otorgue licencias de conducir a los indocumentados.  

"Si tienen las licencias en Nuevo México, luego pueden irse a cualquier parte" de Estados Unidos, dijo Martínez.  

Martínez aclaró que su oposición a otorgar licencias a los indocumentados es preventiva, porque 'no puede entrar la violencia a Nuevo México'.  

La mandataria estatal electa, quien sustituirá en enero al gobernador Bill Richardson, declaró: "no quiero una ley como la de Arizona para Nuevo México".  

Dijo que su prioridad es la seguridad de los residentes de su estado, y que "los niños, no importa el color de su piel, estén seguros y puedan estudiar en Nuevo México".  

En el programa también habló el nuevo congresista republicano de San Antonio, Texas, Francisco "Quico" Canseco, quien afirmó que ganó en su distrito porque escuchó las necesidades de sus electores: la preocupación por el desempleo y por el rumbo de la economía.  

Al ser interrogado si votaría por la propuesta de ley "Dream Act" que regularizaría a unos 800 mil estudiantes indocumentados, Canseco dijo que siente una gran simpatía por los niños que llegaron al país con sus padres y sólo conocen a Estados Unidos como su hogar.  

Sin embargo, dijo que antes de comprometerse a aprobar el "Dream Act" tiene que estudiar a fondo esa propuesta.

Por su parte, el senador demócrata Xavier Becerra, de California, explicó en el programa que muchos electores desconocían que el plan de estímulo económico del presidente Barack Obama impidió que se perdieran tres y medio millones de empleos.  

Becerra dijo que al ir a votar, muchos electores sabían que se necesitaban empleos, pero no recordaron que cuando el presidente Obama asumió el cargo se perdían 800 mil empleos y que en este último recuento se ganaron 150 mil.