RIPOLL, ESPAÑA (20/AGO/2017).- Eran compañeros y amigos de la infancia en una localidad donde todos se conocen. Los vinculaban sus raíces marroquíes y crianza en Ripoll, un lugar antiguo, famoso por su monasterio y callejones con cafeterías y establecimientos de brochetas, al pie de una montaña en Cataluña.Sin embargo, la policía cree que en fechas reciente, los jóvenes fueron atraídos por un imán y un presunto plan para matar a muchas personas, un extraordinario secreto que 12 personas guardaron celosamente durante meses.En los últimos días de la presunta célula extremista, el grupo acumuló más de 100 cilindros de gas butano, destruyó una casa en un intento fallido para fabricar bombas, arremetió en una camioneta tipo van por el famoso paseo de Las Ramblas de Barcelona y atacó a turistas, señalaron las autoridades españolas.El grupo Estado Islámico se atribuyó los ataques que dejaron al menos 14 muertos y decenas de heridos. La policía abatió a balazos a cinco de los 12 integrantes de la célula.Ahora, retenes policiales rodean Ripoll mientras prosigue la búsqueda de un presunto miembro de la célula que, se cree, sigue prófugo. Los familiares y amigos en la localidad están desgarrados entre el horror por los trágicos acontecimientos y la pena por los chicos que creían conocer.“No sabemos si llorar por ellos o qué hacerâ€, señaló el sábado Wafa Marsi, quien conocía a los atacantes y acompañaba a sus sollozantes madres mientras se reunían en pequeños grupos en la plaza del pueblo. “Han matado a 13 o 14 personas y herido a unas 100 y no sabemos qué hacerâ€.Lo que las familias hicieron finalmente, después de un intenso debate, fue condenar los ataques y algunas sostenían en lo alto carteles que decían “no en nuestro nombreâ€.Aunque las autoridades ya identificaron a 12 integrantes de la célula extremista, todavía hay tres desaparecidos. Se cree que dos murieron el miércoles en una explosión en la casa donde se planearon los atentados en Alcanar, informó el domingo el funcionario policial de Cataluña, Josep Lluis Trapero.Sin embargo, lo que complica la cacería es que la policía no ha podido determinar quién exactamente está prófugo. La explosión en Alcanar, 300 kilómetros (186 millas) al sur de Ripoll, casi aniquiló a los fabricantes de la bomba que destruyó la vivienda. Un funcionario policial dijo que se cree que el imán Abdelbaki Es Satty era uno de ellos.El oficial no quiso confirmar si Younes Abouyaaquoub_ un marroquí de 22 años sospechoso de haber perpetrado el ataque del jueves en Las Ramblas de Barcelona_ es efectivamente uno de los prófugos. Otro ataque horas después dejó una persona muerta y varios heridos en la ciudad costera de Cambrils.Si bien Trapero afirmó que las autoridades trabajan en esa línea, agregó que desconocen el paradero de Abouyaaquoub.Otro funcionario policial confirmó que tres camionetas relacionadas con la investigación fueron alquiladas con la tarjeta de crédito de Abouyaaquoub: La que se usó en el ataque en Las Ramblas; la hallada en la localidad noroeste de Ripoll _donde vivían todos los principales sospechosos_ y una tercera hallada en Vic, que queda de camino entre ambas localidades.La policía investiga si un hombre al que encontraron muerto con heridas de arma blanca dentro de un auto en Barcelona fue asesinado por uno de los agresores.La policía cree que los miembros de la célula planearon llenar las furgonetas con explosivos y cometer un ataque masivo en la capital catalana. Trapero confirmó que se encontraron más de 100 tanques de gas butano en la casa de Alcanar donde hubo una explosión, así como los ingredientes del explosivo TATP, utilizado por el grupo Estado Islámico en los ataques en París y Bruselas.Las autoridades creen que el grupo había planeado uno o más ataques con explosivos en la ciudad de Barcelona, pero que el plan fracasó debido a la explosión que destruyó la casa en Alcanar el miércoles en la noche.Ninguno de los 12 miembros de la célula tenía antecedentes de extremismo violento, señaló la policía española.Trapero confirmó que el imán era parte de las investigaciones, pero señaló que la policía carecía de evidencias sólidas de que él fuera el responsable de la radicalización de los jóvenes en la célula. En junio, Es Satty dejó de trabajar en una mezquita en Ripoll y no se le había visto desde entonces.El funcionario pidió no criminalizar las mezquitas, ya que la mayoría son principalmente lugares a donde la gente va a orar, enfatizando que aunque incluso un imán está implicado en el grupo, eso no significa que la mezquita fue donde se radicalizaron.