Domingo, 12 de Octubre 2025
Internacional | Los verdaderos problemas los acarrean los perros que se comen cualquier cosa, sobre todo ropa, mucha ropa

Doctor, mi perro se ha comido un tanga ¿Me lo puede devolver?

Una vez le saqué a un animal un tanga del intestino. Lo más curioso es que la dueña me lo reclamó.

Por: EFE

BARCELONA, ESPAÑA.- Los veterinarios atienden las necesidades de los animales de compañía, pero también las fobias y miedos de sus amos, según se explica en un libro sobre la labor de estos profesionales, que se enfrentan a tareas tan peregrinas como sacar de las tripas de un perro voraz calcetines o tangas.

Ricard Adán (Barcelona, 1967), un veterinario especialista en Etología -comportamiento animal-, acaba de recopilar en un volumen una serie de historias sobre situaciones curiosas -algunas vividas en carne propia y otras narradas por compañeros del ramo- sobre el quehacer cotidiano dentro de esta profesión. 'Anécdotas de veterinarios. El mejor amigo del hombre... o del animal' (Styria) es el título del libro.

La alimentación, o más bien lo que los animales se llegan a meter en la boca, es otro de los temas centrales del libro. Desde la mujer que llega histérica a la consulta porque su marido le ha dado un terrón de azúcar a su perro y teme que éste se quede ciego (cuando sólo es perjudicial para canes con diabetes) hasta el que no se avergüenza de reconocer que su mascota casi sólo come gambas a la plancha.

Pero los verdaderos problemas los acarrean los perros que se comen cualquier cosa, sobre todo ropa, mucha ropa. "Una vez le saqué a un animal un tanga del intestino. Lo más curioso es que la dueña me lo reclamó. Lo tuve que lavar un poco y se lo di. No dije ni pregunté nada", explica Adán.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones