Venecia abre sus puertas

VENECIA, ITALIA.- Cautivar es el criterio que debe tener una película para lograr ser seleccionada en el Festival de Cine de Venecia, como lo afirma su propio director, Marco Mueller.

Amante del buen cine, Mueller explica que “creo que nunca me había reído o había llorado tanto como lo hice por la selección de este año”. El director cumple su sexto año al frente del evento que hoy sube el telón de la edición número 66.

Uno de los filmes elegidos para abrir la puerta es Capitalism: A Love Story de Michael Moore, su primera presentación en Venecia tras haber sido premiado en Cannes en dos oportunidades. De muchas maneras, haber conseguido el filme de Moore es un golpe maestro para Venecia.

“Creo que a Michael le ha ido de maravilla en Cannes. Él necesitaba un cambio. Y nosotros necesitábamos una película diferente de Michael Moore. Ésta es increíblemente sinfónica”, dijo Mueller, quien conoce a Moore desde hace 20 años y estrenó La dolorosa verdad (1999) en el Festival de Cine de Locarno cuando dirigía dicho encuentro cinematográfico.

A levantar puentes

Buena parte del enfoque de Mueller en películas atractivas para el Lido de Venecia se hace a nivel personal. Habla siete idiomas con fluidez, incluyendo chino, lo que lo ha convertido en un puente al mundo occidental para los cineastas asiáticos. Pasa mucho tiempo viendo películas, más de dos mil al año, y explicando por qué Venecia es la plataforma de lanzamiento perfecta para cualquier cinta, sea de Hollywood o hecha en casa, pese a la falta de mercadeo formal.

Este año el Festival de Cine de Venecia se realiza desde hoy hasta el 12 de septiembre, una semana después de lo acostumbrado y en coincidencia con el Festival de Cine de Toronto, que se realiza del 10 al 19 del mismo mes. Venecia exhibe unos 80 filmes; Toronto más de 300 trabajos.

Aproximadamente 20 películas que tendrán su estreno mundial en Venecia viajarán a Toronto, donde se hacen la mayoría de los acuerdos para el mercado norteamericano. Pero Mueller no tiene intención de hacer de Venecia un sitio de negocios. “Es un gran lujo que los cineastas y productores le digan a uno: ‘Jamás comiences un mercado en Venecia, porque es el único lugar donde podemos conocer gente y ver las películas de otros’”.

Los acuerdos en Venecia se dan de un modo mucho más informal, explica Mueller. “Cuando la gente se conoce, dice: ‘Tengo esta nueva idea para una película’. Entonces de pronto en la terraza del Hotel des Bains se firma el memorando de un acuerdo para la producción de un nuevo filme”.

Medida del éxito

El festival italiano se cuece aparte del resto, y eso lo sabe Mueller, de 56 años, quien está convencido de que una muestra en el festival puede darle gran impulso a una película y que Venecia tiene un perfil lo suficientemente alto como para proveer la plataforma ideal para películas de Hollywood de mediano presupuesto.

El año pasado durante el festival, un fundador de Sony Classic vio a un hombre usando un cronómetro para medir el aplauso durante la premiere de Rachel Getting Married, que duró nueve o 10 minutos, relató Mueller. El hombre era parte de un grupo de distribuidores alemanes que ampliaron el lanzamiento del filme en base a los aplausos que recibió en Venecia.

Del mismo modo, Hurt Locker de Kathryn Bigelow recibió una ovación de 10 minutos pese a una reacción mixta de la crítica. “Aun así, el filme se proyectó en base al primer impacto, a la primera respuesta que obtuvo en Venecia. Encontró un acuerdo (de distribución) norteamericano en Toronto y llegó a ser un éxito de taquilla”.