Vamos al Cine

Durante 2010 volverá la moda nada novedosa del sexo en la pantalla con tratamiento acentuado por la tecnología, pero sustentado en la participación de actores de renombre. Al menso así lo anticipa la prensa especializada en Cine.

Es el caso de El Turista, aún en proceso, donde los nada tiernos Angelina Jolie y Johnny Depp supuestamente intentan elevar la temperatura de jóvenes y de uno que otro adolescente colado a la sala de proyección, con escenas cargadas de sexo.

La prensa ha iniciado el periodo de especulación sobre el erotismo de las escenas ligado a la vida privada de los actores. Esto no es nuevo en la estructura promocional de las películas y sus participantes, aunque no siempre resulta efectiva atracción al público el combinar ficción y realidad.

Adelantar juicios sobre El Turista es aventura poco edificante para la película en sí, puesto que ambos actores, Jolie y Depp, cuentan con digna trayectoria dentro de la cinematografía y transitando como transitan por la década de los cuarenta en su vida, aún tienen mucho por cultivar para cautivar el público internacional de manera definitiva.

Por esto mismo es poco edificante abordar una película, y más estando en proceso, como si se tratara de un film porno.

El apetito sensacionalista de los medios, acelerados y hasta presionados por la Red, reduce finalmente la percepción y penetración de opiniones respecto a los hechos y sus consecuentes resultados. Esto no es privativo de la prensa especializada en el Cine; realmente es costumbre cada vez más generalizada en otras áreas. Finalmente el resultado se llama incredulidad con premio de indiferencia.

Habremos de esperar El Turista para definir si valió, y hasta qué grado, la perniciosa mezcla de la filmación con la vida real de sus actores.

Dios nos guarde de la discordia.

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