GUADALAJARA, JALISCO (11/ENE/2017).- Todo lo bueno puede corromperse y todo lo malo tiene posibilidad de redención. Ese es el mundo donde se mueve “Joe Coughlin” (Ben Affleck), hombre que alguna vez tuvo un corazón noble y que incluso luchó en la Primera Guerra Mundial por Estados Unidos, pero cuando regresa del frente de batalla se encuentra con una sociedad cerrada y donde la mentira, la traición y el crimen son el pan de cada día. Y pronto él mismo descubrirá que no hay lugar para almas puras.“Vivir de noche” nos lleva a los Estados Unidos de la década de 1920, cuando ese país se reponía del esfuerzo bélico de la Primera Guerra Mundial y buscaba acabar con el crimen. En esos años se prohibió el consumo, venta y producción de alcohol, aunque lejos de terminar con los problemas, esa ley impulsó el tráfico de bebidas etílicas. Y “Joe” fue uno de los hombres que termina en ese tobogán de crimen, muerte y odio.La cinta, que se estrena este fin de semana en la cartelera tapatía, es protagonizada por Ben Affleck, cuenta con las actuaciones de Sienna Miller, Chris Messina, Zoe Saldana, Elle Fanning, Chris Cooper y Gillian Anderson, entre otros.—¿De dónde nació la idea de hacer esta película?—Cuando leí el libro me enamoré de la idea de hacer una película que homenajeara a las viejas películas de gángsters que hacía Warner Bros, de ese tipo de cine rico, policiaco y sexy que ya no se hace más en estos días, pero que en aquella época eran las películas más taquilleras.—¿Y cuál fue el reto que enfrentaste al hacer una película que retomara todos esos elementos del pasado?—Como siempre, el mayor desafío fue tratar de conservar el espíritu del libro en el que se basa, pero traducido al lenguaje cinematográfico. Suena fácil, pero no es nada sencillo resumir de forma correcta un libro de cientos de páginas a un guion y eso llevarlo a cine.Hubo muchas cosas del libro que me encantaron, pero no funcionaban al momento de llevarlas a la pantalla.—Además de escribir, dirigir y producir, también protagonizas la película con el papel de “Joe Coughlin”, a quien conocemos cuando regresa de la Primera Guerra Mundial. ¿Cómo sientes que la experiencia bélica la condiciona en el desarrollo de su historia?—Creo que él fue a la Guerra por tener un alto, muy alto sentido patriótico, y pensaba que todo mundo estaba allí por la misma causa. Al final a “Joe” como a millones más, la guerra terminó por desilusionarlos, por los horrores que tuvieron que contemplar mientras luchaban.En “Joe” esta desilusión se plasma en su hartazgo de recibir órdenes de alguien más. Regresa sin intención de volver a tener un jefe o que alguien le vuelva a decir qué hacer con su vida. El hará lo que quiera y seguirá sus propias reglas, lo que lo vuelve un forajido, un hombre fuera de la ley, justo en la época de la gran prohibición de alcohol en Estados Unidos.—¿Qué puede esperar la gente que vea esta película en el cine?—Primero, una experiencia tan disfrutable como divertida, donde además de descubrir una historia apasionante puedan darse un chapuzón en la historia y de paso disfrutar una película hecha al estilo del viejo Hollywood.Creo que todos los directores creamos las cosas esperando que la historia que contamos sea capaz de despertar algo en el interior de nuestros espectadores, creando historias que tengan elementos comunes con quienes asisten al cine, y siento que esta cinta está cargada de esos elementos que nos hacen a todos humanos.—Rodaste la historia de “Vivir de noche” mientras trabajabas en dos películas de Batman. ¿Cómo se comparan estos trabajos?—(Risas) Creo que ambos universos son moralmente complicados. “Vivir de noche” es una película más aterrizada, más realista que las historias de “Batman”, pero creo que ambos papeles se mueven en un espectro moral similar. No son luminosos ni del todo oscuros, sino en un tono más gris.Dos tipos de amorAdemás del crimen y la mafia que hay alrededor de la prohibición de alcohol, “Vivir de noche” presenta dos historias de amor: Primero de “Joe” con “Emma” (Sienna Miller) al principio y luego con “Graciela” (Zoe Saldana). Ben explica que con “Emma” su personaje vive el “típico amor de juventud, terco, con la mente en las nubes. Es el amor ciego, el que te provoca actuar de forma loca. Es muy emocional y carece de sentido común”. Luego llega el momento de conocer a “Graciela”, donde para el actor se despliega también amor, aunque con otros matices: “Es mucho más maduro, adulto. Allí hay una cuestión de reconocimiento mutuo, de explorar sus virtudes y errores, pero sobre todo, comprometerse a ser felices. Eso lo hace muy especial”.
