¡'Invasión' ibérica en el FICG!

GUADALAJARA, JALISCO (05/MAR/2016).- España llega este 2016 con una fuerte presencia al Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG); y el arranque estuvo estelarizado por dos estrellas del celuloide ibérico: Marisa Paredes y Eduardo Noriega.

Ambos participaron en la charla “Lobo en la Luna”, moderada por el productor mexicano Roberto Fiesco, donde analizaron los diversos métodos creativos que han experimentado a través de las historias que han protagonizado, al tiempo que recordaron lo que significa ser actor.

El protagonista de “Abre los ojos” compartió la mesa de las charlas que el FICG programó en su primer día de actividades con estudiantes y profesionales de la industria con Marisa Paredes, icónica “chica Almodóvar”, quien también hizo acto de presencia para repasar algunas de sus experiencias más significativas en el cine español y las peripecias que les significó trabajar junto a Noriega bajo la dirección del tapatío Guillermo del Toro en “El espinazo del diablo”.

Noriega recordó que en algún momento fue un desconocido protagonizando una película, y que con el paso del tiempo se convirtió en un referente del cine español contemporáneo; incluso, ha sido nominado a los Premios Goya.

Así fue como el histrión nacido en Santander destacó que la vocación actoral no siempre se ve acompañada por la excelencia en la primera toma.

También enfatizó que su gusto por la actuación fue por una suerte de casualidades que lo encaminaron desde la infancia, pese a que en su colegio no existía un grupo teatral que lo impulsara a inclinarse completamente hacia la interpretación, pues para él, acceder a libretos y castings eran cuestiones inalcanzables hasta que llegó “Tesis” la ópera prima de Alejandro Amenábar (1996).

 “Yo me decía que no estaba preparado  para ser el protagonista de un largometraje, pero la inseguridad en pequeñas dosis es buena”, señaló.

El histrión también aseguró que para que un actor descubra plenamente sus capacidades frente a la pantalla, debe atreverse a los errores e intentar diversos tipos de interpretación para ofrecerle al director una variedad de sentimientos e intensidades con el fin de que el espectador pueda captar integralmente el mensaje del personaje.

“Es fundamental, la inseguridad. Hay que guiar esas riendas invisibles para sacar al animal que está dentro de ti. Como actor necesitas a un director que te brinde seguridad y confianza, que ponga el foco en lo que vale, que te brinde esa facultad creativa de probar cosas distintas. Debes tenar esa capacidad de equivocarte”.

Finalmente, Noriega comentó que una de sus experiencias más fructíferas ha sido estar bajo el mandato del tapatío Guillermo del Toro, en la cinta “El espinazo del diablo”; agregó que Del Toro es un director comprometido con cada una de las áreas de producción, además de ser excelente compañero de trabajo, el cual es el primero en llegar a las filmaciones y el último en irse.

Arriesgarse a todo, la clave

Marisa Paredes, que suma en su trayectoria una treintena de películas —rodadas principalmente en España—, charló durante su participación en el FICG sobre el empuje que la dirección de Pedro Almodóvar significó en su carrera, convirtiéndola en un icono de la feminidad española y consagrándola en la industria cinematográfica a través de largometrajes como “Entre tinieblas”, “Todo sobre mi madre”, “La piel que habito” y “Tacones lejanos”, siendo este último la que más la ha marcado, con un personaje que hasta la fecha ha sido imposible quitarlo de su mente: “Becky del Páramo”.

“Es un personaje que no me deja, la gente me la recuerda a cada rato. No estaba segura de que pudiera ser ‘Becky’, pero Victoria Abril me ayudó mucho al hacerme entender que Almodóvar es un director que puede ser durísimo pero que además de confiar en ti, confía mucho más en lo que él puede sacar de ti. Voy a llevar a ‘Becky’ conmigo hasta el final”.