Enrique Guzmán cierra el año sobre el escenario

GUADALAJARA, JALISCO (12/DIC/2011).- Comenzó el año sobre un escenario y lo cerrará de igual manera: con un concierto en Chihuahua el 31 de diciembre que Enrique Guzmán espera sea el de la suerte para 2012, que ya está en puerta. “Eso me llama mucho la atención porque desde hace mucho no recibía el año desde un escenario, hace como tres o cuatro años, espero que eso me garantice que el resto del año próximo va a ser igual”, dice mientras se acomoda en el sillón.

Y es que el precursor del rocanrol en español calificó este 2011 como un año difícil que ya le urge terminar “por muchas cosas que pasaron”, pero con todo y las dificultades, nada le puede quitar la satisfacción que le generan sus poco más de 50 años de carrera artística, mismos que lo obligan a mirar atrás.

“Tenía 15 años cuando grabé La plaga con los Teen Tops, así que tengo rato pegándole al martillo, pero no se ve mucho tiempo. Estoy muy orgulloso con lo que he hecho, hasta los errores que he cometido me convienen porque me dan experiencia, poner los pies en el piso porque de repente se vuela uno, pero puedo decir que duermo tranquilo”. El intérprete considera que ese paso, el cantar rock en español, fue el que le hizo abrir una puerta que no volvió a cerrar.

Si bien el tiempo se puede llevar a su paso salud y energía, no logra el mismo objetivo con el humor y la memoria. “La primera vez que llegué a Argentina, desde el avión dije: ‘no sé qué pasó, hay mucha gente, ¿quién llegará? a lo mejor está llegando alguien importante’, entonces era un muchachito, ¡me estaban esperando a mí!”, evoca sonriente.

Ahora, los subgéneros musicales que se detonaron a partir de que adaptó el rock al español, no son precisamente de su gusto, “no lo conozco bien, yo soy rocanrolero de verdad, yo no le llamo rock, es rocanrol, mi hija por ejemplo sí es roquera, y muy buena, pero no es igual, acabo de salir con ella en el Auditorio Nacional y me paré y dije ‘eso no se hace así, se hace así’ y empecé a hacer La plaga a mi estilo”, dice orgulloso de poder intervenir en las presentaciones de Alejandra.

Con el espíritu intacto

A pesar de los años que el cantante, que también incursionó en la actuación, ha dedicado a su carrera, no está en sus planes alejarse de los micrófonos, los escenarios y el contacto con el público. “Mientras la garganta pueda yo también puedo, a veces sí me cala un poquito, ya no es lo mismo”, sin embargo, el ritmo de trabajo sí disminuirá “me falta levantar todo lo que sembré, trabajé muchos años y ahora quiero disfrutar”.

Por ahora, su único deseo es mantener su salud y los conciertos que le dan trabajo, pues con todo lo que los años le han traído su espíritu se mantiene intacto.