Del reality al estrellato

CIUDAD DE MÉXICO (25/ABR/2011) .- Paul Potts y Susan Boyle tienen una historia similar. Son ingleses que alcanzaron la fama gracias a voces que le han dado la vuelta al mundo, todo esto luego de participar en un reality show.

También los une otra curiosidad: Ninguno de los dos se imaginó que un programa de televisión les cambiaría la vida de la noche a la mañana, y que lograrían vender millones de discos.

Una noche Paul vio en su computadora el anuncio del concurso Britain’s Got Talent. Llenó el formulario de inscripción y tomó la única moneda que tenía en el bolsillo. Si al lanzarla salía cara, participaría. Y así fue.

“Entré al concurso sólo para mejorar como cantante y no pensaba más allá. Mi esposa fue quien más me motivó a hacerlo. Yo estaba esperando mi turno, mientras oía como abucheaban a los anteriores participantes, pero al mismo tiempo sabía que ese reality cambiaría mi vida y hoy se lo agradezco”, dice el ahora tenor de ópera.

En 2007, Potts se volvió famoso por ser el triunfador de Britain’s Got Talent. Tras una versión estremecedora del aria Nessun dorma, de Puccini, tanto la audiencia como el jurado lloraron de emoción. Desde entonces los británicos se preguntan cómo pudo ser que este hombre inseguro y sencillo de Gales no hubiera pisado nunca un escenario lírico y que hubiera pasado la vida vendiendo celulares, el trabajo que desempeñaba hasta entonces.

Una voz angelical

Susan Boyle era una persona sencilla, de 47 años, soltera, que vivía con su gato. Ella asombró cantando I dreamed a dream, de Los Miserables en el mismo show, dos años después que Paul Potts.

Boyle fue la responsable de la explosión mundial de los programas caza talentos. La franquicia se convirtió en un exitoso concurso donde conviven distintas disciplinas y que acepta participantes en grupo o como solistas de todas las edades. Actualmente los reality shows son programas de televisión con un porcentaje considerable de rating en todo el mundo. Es el caso de American Idol y Latin American Idol de la cadena Sony Entertainment, que mantienen transmisiones internacionales, en los que participan concursantes de distintos continentes. Como éstos, también destacan Operación Triunfo, en España, y La Academia, en México.

Con el fenómeno del reality se ha logrado refrescar la industria musical de manera notable, ya que ha sido posible encontrar nuevos talentos que no pertenecen a la dinámica de la industria; se han creado alianzas y apoyos publicitarios que patrocinan los programas, y se ha reforzado el éxito de canciones interpretadas por artistas ya reconocidos que los concursantes cantan a manera de covers en sus presentaciones.

Éxitos repentinos

El conductor René Franco, quien formó parte del jurado de La Academia de TV Azteca hace algunos años, dice que este tipo de programas de televisión han servido de plataformas para descubrir nuevos talentos en el país y en el mundo. “Llegaron en el mejor momento para descubrir a los nuevos talentos y voces que verdaderamente valen la pena”, afirma.

Latinoamérica no se queda atrás en la producción de programas de “realidad”. De hecho, varios cantantes se dieron a conocer en esas populares emisiones. El ejemplo más popular lo dio Yuridia, quien obtuvo el segundo lugar de La Academia en su cuarta edición, un reality show de TV Azteca donde concursaban por un premio de tres millones de pesos y por un contrato discográfico. Aquello ocurrió en 2005 y la emisión tuvo una duración de cuatro meses.

Meses después de lanzar su álbum debut, Yuridia rebasó expectativas al convertirse en una de las revelaciones de los últimos años en la industria, ya que es la única cantante que ha logrado recibir un doble Disco de Diamante por vender más de un millón de copias.

Estos músicos hoy disfrutan las mieles de la fama, el dinero, el protagonismo y el amor del público. “Yuridia, Yahir, Myriam y Víctor García, por mencionar algunos, se consolidaron y formaron su propia carrera artística por estos programas. Hoy son artistas muy reconocidos y todo fue por sus propios méritos y el empujón de un reality show”, expresa Armando Figueroa, productor musical.

"Entré al concurso (un reality show) sólo para mejorar como cantante, y no pensaba más allá", Paul Potts, cantante.