Arturo González, en el Café Scientifique

GUADALAJARA.- La función social de los museos ha sido principalmente conservar los testimonios del pasado. “Son espacios que concentran la evidencia de dónde venimos y por dónde hemos transitado. El patrimonio del tiempo es el que nos permite darnos cuenta en qué fase del desarrollo estamos y para sobrevivir en un mundo de consumo, estos sitios tienen que contar historias interesantes”, explica el director del Museo del Desierto en Saltillo, Arturo González, invitado especial del Café Scientifique en la Casa ITESO Clavigero (José Guadalupe Zuno 2083) esta tarde, a las 19:30 horas.

“¿Para qué sirven los museos?”, es el tema que el arqueólogo planteará y del que adelanta apasionadamente algunas reflexiones en entrevista telefónica. “¿Qué tanto merecemos museos modernos que no tienen patrimonio? Tenemos gran necesidad de espacios que puedan ser reservorios de la evidencia del tiempo. El patrimonio es con lo único que los museos podemos competir”.

Añade que lo que hace interesantes a estos espacios culturales en términos de mercado son los relatos novedosos, “ya que los humanos siempre tenemos la necesidad de descubrir algo diferente”.

En México, existen más de 600 museos que dan cuenta de la historia del hombre, pero apenas unos cuantos abordan la historia de la tierra. “Serían increíbles para entender el calentamiento global o de fases similares a las que ya vivimos; ahí están las claves para entender nuestro futuro, por eso necesitamos que se dé cuenta del patrimonio más antiguo”, argumenta el biólogo.

la necesidad de mercadólogos culturales y divulgadores científicos, “porque es fundamental saber interesar al público para que encuentren experiencias, sueños o historias que luego quieran convertir en profesión. Por ejemplo, en México no formamos paleontólogos y hay muy pocos expertos en ciencias de la tierra y de la vida”.
Retomando el ejemplo del Museo del Desierto en Saltillo, financiado con recursos públicos, privados y de las universidades y productor de investigaciones constantemente, Arturo González señala que los espacios culturales deben ser “generadores de conocimiento”.