Sábado, 27 de Abril 2024
Entretenimiento | La actriz se despide del personaje que la acompañó en tres temporadas de Capadocia

Aída López, el legado de La Negra

La actriz se despide del personaje que la acompañó en tres temporadas de Capadocia una serie que entra a la recta final

Por: EL INFORMADOR

La Negra ha pasado de ser la celadora despiadada en la primera temporada de Capadocia a una reclusa desquiciada en la segunda.  /

La Negra ha pasado de ser la celadora despiadada en la primera temporada de Capadocia a una reclusa desquiciada en la segunda. /

GUADALAJARA, JALISCO (14/SEP/2012).- Y Capadocia arranca su tercera temporada el 23 de septiembre. Esta coproducción televisiva entre HBO y Argos ha rendido frutos para la televisión y también para el talento nacional. El proyecto lidereado por Epigmenio Ibarra (Las Aparicio, Infames) se volvió todo un fenómeno en la televisión mexicana.

Y todo arrancó en la ficción con el surgimiento de una cárcel de mujeres dirigida por Teresa Lagos (Dolores Heredia) defensora de los derechos humanos, quien se estrella con una realidad contundente ante las reclusas y Federico Márquez (Juan Manuel Bernal). Desde este punto de arranque Epigmenio ha hecho desfilar, a lo largo de estas dos temporadas, a muchos de los mejores actores de México: Roberto Sosa, Ximena Ayala, Alejandro Camacho, Cecilia Suárez, Ana de la Reguera, Gustavo Sánchez Parra y Patricia Llaca, entre varios más.

En este universo surge un brillante antagónico, por decirlo de alguna manera, porque el toque fino de Capadocia tiene que ver con que la mayoría de sus personajes son tridimensionales. Aída López pues, interpreta a La Negra un verdadero festín para el televidente. Es la actriz quien señala en entrevista “esta temporada es una historia que se mueve drásticamente hacia el ámbito intelectual de los seres humanos, si la primera fue muy emotiva, la segunda fue muy sexual, yo diría que ésta se desarrolla netamente en el plano intelectual, en la capacidad de creatividad, en el cálculo...”.

La Negra ha pasado de ser la celadora despiadada en la primera temporada a una reclusa desquiciada en la segunda, misma que recibe una inyección de droga en el cuello. “No murió”, dice la actriz, “y ahí viene de nuevo. La Negra muestra un desorden mental y eso le da nueva posición en esta historia y le da la posibilidad de ser creativa, paciente y calculadora y empieza a moverse. El corazón de La Negra está desolado, si bien lo único que le importaba era su marido, también perdió el honor y la libertad. Encontrará su fuerza en el caballo de la venganza”.

Aunque para el espectador Capadocia, tercera temporada, apenas comienza, para el elenco el viaje ya llegó a su final. No habrá continuación. “Dejo Capadocia en un lugar muy especial, con una ofrenda. Y a La Negra la pongo en la cajita de mis personajes consentidos”.

Por ahora Aída López trabaja con tres de los más destacados directores de teatro de México: Martín Acosta, Mauricio García Lozano y Rodrigo Mendoza.

—Háblame de perder el honor. ¿Qué es perder el honor?

—Sabes que Cervantes decía “Por el honor y la libertad bien vale la pena perder la vida”. En los tiempos del Siglo de Oro el honor era algo que te daba Dios, la identidad y el buen nombre. Es la oportunidad para La Negra de mantener el nombre delante de los demás, ha perdido la identidad toda.

—¿Qué tanta vigencia tienen los clásicos hoy en día?

—Los clásicos lo son porque trascienden tiempo y espacio. En las historias que me gusta contar construyo con la base de los clásicos. Hablo del caballo de la venganza, de Rosaura, la de Calderón de la Barca... Creo que Capadocia tiene muchos tintes de personajes trágicos... Mis preferidos son Shakespeare y Calderón, puse toda mi atención ellos y encuentro vínculos temporales con la fecha de nacimiento y muerte... Hablamos de lo mismo... la historia del poder y el hambre de poder, la soberbia y la destrucción.

—¿Confías en los finales felices?

—Olallo Rubio decía que él fue educado por Hollywood y no puede confiar en los finales felices. Yo no confío, los deseo, pero no confío.

—¿Por qué crees que es importante que “Capadocia” se vuelva intelectual?

—Es importantísimo, primero que cambia de plano y de dinámica. Creo que sucede esto por el momento que vive Latinoamérica, y México especialmente. Este movimiento político que iba a traer al PRI de regreso a Los Pinos se ha caracterizado por ser una empresa fehaciente. En los juegos del poder, la capacidad de planeación es muy importante. Creo que también de algún modo pretende provocar al lado más frío y crítico de los espectadores.

—¿Qué importancia tienen hoy la televisión y los productos televisivos?

—Los proyectos que se exhiben en mi país son diversos, hay de diversas calidades. Me siento privilegiada en participar con lo mejor de lo mejor. Capadocia inquietó tanto a otras empresas que intentaron hacer sus series.

Tenemos que aprender de las formas y vigilar que los contenidos no se repitan. No hay que seguir contando la misma historia una y otra vez. Nosotros debemos exigir nuevos y mejores contenidos. Debemos ser exigentes con lo que recibimos, tanto de la televisión como del Gobierno. El presidente es nuestro empleado, nosotros pagamos. Hay que exigir y no suplicar, si yo pago el sueldo, los gobernantes no nos hacen un favor... no es un favor... lo hemos pagado con nuestro voto.

—La crisis ¿nos hará mejores?

—Sin duda alguna, en las etimologías crisis es cambio, punto. Imagina tú si no nos beneficia el cambio per se. La evolución de la crisis, te detienes, paras, observas y no hay más que para atrás y de ahí no sales si cambias y pasas un momento de reflexión.

—¿Para qué nos sirve la libertad?

—Para equivocarte y aprender.

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