A los Grammy con son jarocho

GUADALAJARA, JALISCO (09/FEB/2013).- Para la agrupación Los Cojolites, nominada a los premios Grammy en la categoría de Mejor álbum de música regional mexicana por su producción Sembrando Flores, la preocupación principal en su quehacer musical es muy sencilla: se trata de aprender y urdir los sonidos y la letra con empeño y rigor, sin regatear esfuerzo.

Previo al evento de premiación que se llevará a cabo el domingo 10 de febrero en Los Ángeles, California, en el que Sembrando flores está nominado junto con Pecados y Milagros, de Lila Downs; 365 días, de Los Tucanes de Tijuana; Oye, del Mariachi Divas de Cindy Shea, y El primer ministro, de Gerardo Ortiz; Benito, integrante de la banda, afirma que con la distinción se abrirán más perspectivas para la música tradicional mexicana, no sólo del son jarocho, sino de otros géneros.

“Hay que recalcar que solamente son pocos los géneros musicales que están alrededor de los medios de comunicación. Yo creo que el son jarocho cumple con todas las facetas creativas y de composición como cualquier canción y puede estar al gusto de cualquier público, ya sea del territorio jarocho o fuera de él”.

Para Ricardo Perry, director ejecutivo del grupo, la nominación les llega en un momento de madurez y los compromete a pensar en realizar mejores propuestas musicales ahora que afinan los últimos detalles de su cuarta producción discográfica.

Sembrando flores, que se cristalizó tras cuatro años de trabajo del grupo alrededor del mundo, contó con la participación de Greg Landau —cinco veces nominado al Grammy—, que también los había acompañado en su anterior disco No tiene fin y lo hará en el último, cuyo proceso está por concluirse.

Nuevos caminos del son

Perry reflexiona sobre el son jarocho, al ubicarlo como una música nacida al Sur de Veracruz con un toque de regionalismo. “Hace 30 años empezó un proyecto de volver a adueñarnos de nuestra propia música y de nuestra propia cultura. Una etapa nueva del son jarocho que muchos han llamado movimiento jaranero y que consistió en la enseñanza masiva del son jarocho a través de talleres, porque antes el son jarocho sólo se transmitía de padres a hijos”.

La tradición no se perdió, pues fueron los músicos de las comunidades quienes no permitieron tal dislate; sin embargo, el ritmo cambió: en unos lugares se hizo más fuerte, de más movimiento en la tarima y en otros se volvió más suave y relajante. “Eso es lo que debemos de entender los jóvenes, que hay que respetar todas las formas que tenemos de cómo se interpreta nuestra música y también que debemos saberla apreciar en todos sus sentidos”.

En lo que Los Cojolites no están de acuerdo es en la estandarización de la música, un ejemplo es que se enseñe a bailar el son jarocho de una forma particular cuando la tarima “es sólo un instrumento que hay que desarrollar”.

Sin embargo, con más de 300 años de existencia, el son jarocho ha pasado por etapas que lo transformaron más allá de lo musical. “La etapa anterior y por la cual nosotros trabajamos a contracorriente fue esa etapa de los jaraneros todos vestidos de blanco y con el paliacate rojo que más bien fue una creación del estado y de los medios, porque realmente eso no existe en nuestro medio”.

Perry resalta que el son jarocho forma parte de la vida cotidiana de las regiones sureñas de Veracruz, del fandango, la gente se viste como quiere y los jaraneros visten guayabera, sombrero, aunque se ha mantenido que las mujeres usen falda larga con ingentes bordados.

Afirma que un requisito indispensable para quien se quiera dedicar al son jarocho es conocer la herencia, la historia y el pasado de América, pues fue en Veracruz en donde se dio el asentamiento de los olmecas, primera civilización de América.

Eran un taller

El proyecto de Los Cojolites comenzó como un taller de jaraneros hace 17años. Luego de cuatro años de experiencia se decidieron a formar un grupo musical y grabaron su primer disco titulado El Conejo, que les permitió visitar ciudades europeas. Sus letras hablan de la vida del Sur de Veracruz, del pensamiento, los sentimientos, el legado y la cosmovisión de esa región.

Luego de estar presentes en la ceremonia de premiación de los Grammy, viajarán a San Francisco para darle los últimos retoques a su cuarto material discográfico. Del 30 de marzo al 6 de abril de 2013, se llevará a cabo un seminario de la música tradicional del son jarocho del cual ellos son responsables.