¡Se comieron el campo!

Eran apenas las 12:30 a.m. y Don Henry empezaba a desesperarse, pues era un poco tarde, su grupo de juego no llegaba y nada más faltaban 3 jugadores para hacer el foursome pero además, no veía con quién jugar y vaya que tenía muchas ganas.

Y como no hay mal que por bien no venga, de repente por ahí apareció el “General” (uno de los mejores jugadores de dominó del club) recién desempacado del informe presidencial, quien raudo y veloz le mandó un mensajero.

-“Don Henry, dice mi ‘General’ que si nos puede hacer el cuarto”

- “Por supuesto que sí; nada más que yo soy super senior, juego de las marcas doradas y no sé qué opine el mandamás del grupo. Pero… acepto ajustar.

- “¡Ufff…! no le va a gustar al patrón”, decía Luis (el Palancas) “pero vamos a ver finalmente cual es su opinión”.

Y que se deja venir el mandamás del grupo para entrar a las concertaciones y: “…oye Henry, ¿cómo voy a irme a las doradas? Imagínate qué vergüenza que me vean todos los jugadores que estén en el campo y sobre todo con mi jerarquía y grado. Además, ¿cómo vamos a ajustar los handicaps?”.

- “Henry, suponte que aceptamos”, decía Jorge, “¿puedes imaginarte que nos vamos a comer el campo y a dónde se va a bajar el handicap? Yo opinaría que mejor te vinieras atrás y te damos más ventaja. ¿Qué tal?”.

- “¡Ya párale negro!”, opinaba el Palancas en su clásica retórica inglesa. “Tenemos muchas desventajas con tus condiciones y no estamos de acuerdo, porque efectivamente nos vamos a comer el campo y el handicap para el próximo mes nos bajará un resto, pues siempre estaremos tirándole a los pares y uno que otro birdie y como Quino no nos quiere… ¡el sanquintín que se va a armar!

Y a pesar de los ruegos, como los argumentos de Don Henry fueron mas sólidos y convincentes, el grupo del “General Jaso” vergonzosa y finalmente aceptó jugar de las marcas doradas, que para ellos, decían aún no era tiempo por su edad, su buen juego y su handicap. Sin embargo, era increíble, deshonroso y vergonzoso (sic) hacerlo, ya que todo el club se iba a dar cuenta. Pero las ganas de jugar eran muchas.

Y ni modo, ciertamente el “General Mike” -con toda investidura y jerarquía-, Luis el doctor y el tocayo George, como fieles subordinados fueron a comerse (¿?) el campo pero con mucho miedo al bajón del handicap. Total, se hicieron las parejas, las apuestas y el grupo convencido de que iba a tirar pares y más pares salió a jugar.

Al final, risas, sarcasmos y burlas de don Henry se dejaron venir. Quienes iban “a comerse el campo” y terriblemente ver bajar su handicap, tiraron 102 y 103 golpes y sólo el “Palancas” escapó un poquillo de la burla: por ser su compañero, porque llevó algo de la apuesta y porque fue el único que muy apenitas rompió el 100.

¡Vaya indigestada que se dio el grupo con los pares y con los birdies!