Río, el doloroso recuerdo

GUADALAJARA, JALISCO (30/OCT/2011).- El mexicano Horacio Nava ganó ayer la marcha de 50 kilómetros gracias a una punzada en una cicatriz más dolorosa que la de su corazón operado: la enquistada por su revés en Río de Janeiro 2007.

Ayer el mexicano iba demasiado rápido pasado el kilómetro 20. Entonces recordó que por hacer eso perdió en Río y se retrasó a propósito, lo que al final le permitió cerrar fuerte. “Aquel fracaso fue muestra de inmadurez; ahora la prioridad era no repetir el error que tan duro me pegó; me reservé y se dieron las cosas”, dijo el décimo lugar mundial.

Nava, originario de Chihuahua, se dio a conocer en el circuito mundial de caminata en 2005, cuando terminó noveno en los Mundiales de atletismo, pero semanas después le detectaron un síndrome llamado Wolf-Parhinson-White, que en un grado máximo de esfuerzo pudo haberle provocado muerte súbita.

“Todo fue de un día para otro: acababa de cumplir mi mejor resultado, pero de repente me hablaron de los altos riesgos; me arriesgué a operarme y volvió a salir el sol para mí”, recuerda.

Sólo le quedó una cicatriz interior, pero estaba por recuperarse cuando fracasó en Río. Entonces sí fue grande la herida que le impidió dormir tranquilo, aun cuando logró el sexto lugar olímpico, con marca personal de 3h 45.21, la plata de la Copa Mundial del año pasado y el oro en los Juegos Centroamericanos.

En todo este tiempo, Horacio, de 29 años, se fue dos veces cada año a la Sierra de Chihuahua, para cumplir entrenamientos en altura, soportó dolores y, aunque obtuvo triunfos, siempre sintió la molestia de la cicatriz. Tuvieron que pasar cuatro años, tres meses y un día para que lo molestara por última vez.

PARA HOY
Tomás Luna

Tomás Luna, que completa el equipo de maratón, tiene marcas de 2:16’29” y 2:16’58”.

PARA HOY
Carlos Cordero

El mexicano Carlos Cordero competirá hoy por el oro en el maratón varonil. De Irapuato, Guanajuato, fue el primero en la rama varonil en el Selectivo en Londres.