Martes, 22 de Abril 2025
Deportes | PEÑAJARAS PARA RECORDAR…

¡QUÉ PEDAZO DE CORRIDA!

De los toros con verdad Por FRANCISCO BARUQUI M.

Por: EL INFORMADOR

Madrid, España.- Lo he escrito repetidas veces, que hay corridas con estrella y las hay otras estrelladas…. La de esta ocasión, ¡vaya pedazo de encierro!, fue lamentablemente de las segundas. Peñajaras para recordar…

Corridón con presentación de lujo, que de lujo fue su crianza; ejemplares con un trapío de primerísimo nivel, belleza en las láminas con tres preciosos de estampa, luciendo hechuras y variedad de tipo y pelajes que lo mismo salió el zaino que el colorao estrecho de sienes y dos sardos excepcionales con matiz en sus capas, el que abrió plaza, auténtico primor, corto de manos y bajo de cruz, como otro en salinero con mucha plaza.

Toros, aquí sí, para Madrid… Seriedad, cuajo e imponencia, y amigo mío, lo que dentro traían… Matizando la nobleza, fijeza extraordinaria – cómo iban tras de los engaños quedándose en donde les dejaban —, acudiendo al castigo y varios metiendo los riñones cumpliendo sobradamente para llegar al tercio último con cadencia y claridad, viaje, recorrido y varios con clase, ay… ese primero de ensueño que recordará pá’ los restos Manolo Sánchez, metiendo el morro y haciendo el avión, como el que cerró plaza que resultó el que más transmisión tuvo. Corrida, créamelo usted, amable lector, para ser desorejada, que tal vez en otras manos…

Sí, insisto y repito, por lo desaprovechada fue de las estrelladas que si no… Si no, vaya estrella que tuvieron los peñajaras. Aplaudidos los más en el arrastre, y como lo hice en la plaza, ahora en mi escrito les vuelvo a tocar las palmas… ¡Mi enhorabuena criador….!

Por cuanto a los actuantes…

Por cuanto a los actuantes la entrega, el cabal valor y el empeño absoluto de Antonio Barrera le hizo ser el mejor, especialmente con el imponente sexto, vaya pedazo de toro, con el que se vió decidido poniéndose en el sitio y entendiendo lo que los demás en los restantes no llegaron a comprender, que toros así, para ser aprovechados pedían el empleo de tres conceptos fundamentales: distancias, espacios y tiempos.

Tiempos, espacios y distancias que no se emplearon en la medida requerida desperdiciándose una corrida, reitero, que sus matadores deberán de recordar y sobre de todo porque les tocó en Madrid… Nada más, ni nada menos.

La determinación de Barrera le permitió andar en torero con el tercero en una faena por los dos lados que fue de más a menos iniciándola con dos escalofriantes cambiados por la espalda sin enmendar que le valieron la ovación continuando con toreo por abajo y cerrando con manoletinas estatuarias terminando de casi entera desviada y un golpe de descabello escuchando un aviso y aplausos por los que saludó.

Con el impresionante que cerró, tuvo firmeza en el planteamiento frente a un astado que transmitía conectando con los tendidos que supieron valorar la labor del diestro que al despenar de entera en sitio perdiendo la muleta en el embroque, dio merecida vuelta al ruedo luego de tibia petición.

A Manolo Sánchez le vengo viendo, ya muchos años atrás, desde novillero incipiente. He apreciado sus finas maneras como su destemplado ánimo que le hace amilanarse sin proyectarse hasta donde él como sus seguidores quisieran. Bueno, ha dejado ir un soberbio toro de consagración. Y si bien debo decir que estructuró la faena desarrollándola en series con la diestra y al natural que se le jalearon, por enganchones y trompicones, no alcanzó a plenitud el temple bajando el ritmo de su labor y careciendo de lo que era fundamental hacer, romperse y dar intensidad, sí intensidad y profundidad, ante un ejemplar para bordarlo. Encima, son dijes que no se pueden ni se deben ir así, terminar de pinchazo, estocada baja y dos golpes con la corta de descabellar. Lo va a recordar… Seguro que lo recordará cuando tuvo el billete premiado y no… No lo supo cambiar.

Con el cuarto que traía mucho qué torearse Manolo estuvo tan medido como dubitativo derivando en desdibujarse estoqueando de media caída yéndose del viaje desde perfilarse y un descabello.

Me apenó ver a Eugenio de Mora, un torero en el que cifraba esperanzas mi buen amigo Pablo Lozano que le llevaba. De aquel que ví desde sus primeros pasos y una etapa exitosa como matador, al de hoy, hay un océano de intermedio.

Con el segundo, claro y noble que iba tras de la zarga con mucha voluntad, el segundo puyazo trasero lo diezmó de fuerza, se empleó al natural con la zurda y en ayudados por abajo con la diestra que se le corearon algunos, pero su faena no tuvo nivel cuando sometía al moro obligándolo en vez de acariciarlo ayudándolo a media altura que era lo que pedía el peñajara al que despachó de pinchazo y media trasera tendida, rematando con doce golpes de descabello y dos avisos del presidente, recibiendo palmas el ejemplar y pitos sonoros el torero.

Con el quinto, el sardo salinero calzado, simple y la llanamente anduvo sin plan, falto de sitio y, repito como en el caso de Sánchez, de intensidad toda vez que el astado pedía que se le torease colocándose en el terreno; pero cuando falla la distancia, el espacio y el tiempo… El toro se le fue siguiendo el sainete cuando desaprovechando su elevada estatura y largueza de brazos, dejó un bajonazo que…

Momento de reflexión para éste torero al que veo y siento que no… Que no está.

Éxito ganadero de lujo para disfrute de la afición chipén…

EL INFORMADOR/ Redacción/ EMD 11/ 05/ 08

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