Viernes, 07 de Noviembre 2025
Deportes | Por Francisco Baruqui M

De los toros con verdad por Francisco Baruqui

Ante advertencia…¿Sensibilidad profesional?

Por: EL INFORMADOR

En la crónica que hice de la corrida del embudo capitalino publicada el pasado lunes primero, -- “Tontitos de Bernaldo y pozolada en la México” --, expuse lo que se podría esperar de una ganadería que maneja la mansedumbre en vez de la bravura, Bernaldo de Quirós, tras un sonado fracaso propiciado por la torería hispana que vienen a tentar de luces imponiendo el manso fácil, bobalicón, intrascendente por su carencia de emotividad y transmisión, cómodos al extremo que más que impacto causa lástima por la debilidad manifiesta en la que mucho va el palpable descastamiento y, fundamental, una dehesa que ha venido exhibiendo condiciones tales en ruedos tanto nacionales como de centro y Suramérica.

Ah… Pero son los que “dejan” andar a gusto.. Sí ése andar con menor exposición aunque en su consecuencia vaya la escasez de lucimiento dada la invalidez derivada de una preocupante, muy preocupante falta de fuerza que hace que las reses acometan de rodillas doblando los remos o desplomándose del todo. Y que si alguno mete el morro ante muletas poderosas que mandan, pues bien lo haya y que sea servido.

Sí, esto lo escribí cuestionando sobre lo que esperaría a la plaza guadalajarense con cornudos de ése campo manso. El tiempo y el resultado del festejo tapatío me dio la razón. O lo que es lo mismo, ante advertencia…

Y así salió con la pena de otra tarde luminosa, clara y sin brizna de viento con entrada de tres cuartos y con precios, aquí sí de primer mundo para ver un espectáculo ganadero de quinta.
Bien de presentación por cuanto a romana pero varios adoleciendo pobreza de cabezas, con crianza sí, pero con las mismas características de lidia de los que fueron a la chilanga tierra. Mansedumbre a tope, frenándose desde salida sin galope, con trote cochinero, a refilonazo por res, huidizos, yéndose, -- a varios si se les abre el portón hubiesen regresado a la ganadería --, desparramando la vista y doblando contrario, muy agarrados al piso y dos marmolillos de solemnidad.

Solo la maestría, la depurada escuela que da los recursos en dos figuras de la talla del torero madrileño del barrio de Velilla de San Antonio Julián López “El Juli” y el torerazo galo Sebastián Castella que son capaces de inventarse las faenas toreando una mesa y proyectarlo al tendido, como la disposición de Armando Ríos “El Conde”, con una actitud de dar la pelea, -- y ganarla con un sobrero de regalo de El Junco al que exprimió cortando el único trofeo de la tarde --, con una actuación muy digna, en plan de matador de toros. Por todo esto lo demás fue lo de menos…

El tapatío pechó con lo peor del encierro yuntero, -- que para la yunta, como los de la México fueron --, sin lucir de capa, estuvo entregado y empeñoso buscándole a por todas a los tontorrones en series de toreo por abajo y cubriendo su tercio de banderillas con tres cuarteos, fallando en uno, toreando mucho en el viaje y aguantando la reunión igualando y clavando en lo alto para salir con el salto apoyando un pie en el tablero del callejón dando gala de espectacularidad como de facultades físicas. Con la tizona cobró un estocadón en el que abrió función, y en el de obsequio, tras una labor tesonera y variada terminando con manoletinas, otra entera que bastó para la oreja.

Digna, muy digna su actuación asumiendo su responsabilidad por cuanto a su categoría en el cartel.

De que “El Juli” es gran figura nadie lo duda. De aquel precoz chavalillo que veía en la Escuela Taurina de Madrid al torero sabio, maestro, pleno de condición por el oficio y la técnica bien soportada en el valor que es hoy, ha pasado tiempo. Ante el segundo, manso topero, se desenvolvió en profesional pasando la pena con el acero pinchando recibiendo un aviso del palco, empero…

Empero, con el quinto muy dispuesto, con mejor actitud y mayor entrega, se hizo del moro metiéndolo en la muleta en una faena que el figurón se inventó, muy centrada y centrado él, de ése pisar firme que da la maestría cuajando una labor torera por ambos lados y con las dos manos en series que fuerte se le jalearon rematadas con sendos pases de pecho, -- que no de costadillo como la mayoría lo hace --, encelando desde atrás llevando muy toreada a la res, vaciando como vaciar se debe, sacando el testuz por la hombrera contraria de la chaquetilla como clara exposición de su valiente torería. La gente con él aclamándole y, cuando tenía la oreja, tres viajes pinchando y una entera que al final bastó.

Julián puede con lo que le echen, -- y le he visto desde sus principios y por todas plazas del mundo --, es maestro; es sabio; es valiente y es torero, muy torero que ocupa sitial de prominencia. ¿Por qué seguir pues con éste tipo de ganado…?

Y lo mismo, exactamente lo mismo digo a un artista que en su tauromaquia reúne todas las condiciones de las figuras grandes del toreo.

Presencia; personalidad; valor pleno para anular las distancias poniéndose siempre en el sitio que da olor a cloroformo; cabalidad en un toreo de verdad, auténtico, real, que le está proyectando al pináculo de la torería mundial, con una claridad de mente y la exaltación del más que bien templado ánimo que le permite que le quepan en su cabeza muchos toros, a más del regusto que le provoca rebozarse, gustándose y gustando, buscando la perfección de formas y la expresión artística con su sello propio. Todo esto, que sí, atesora el artista galo Sebastián Castella, repetido triunfador de este coso, y al que he seguido desde sus inicios para verle primero como la promesa que era y la soberbia realidad que ya es…

Su actuación fue, llana y simplemente de plan grande. Primero con un cardenito al que le sacó hasta el último pase, se inventó la faena luego de que con la capa estuvo discreto. Buen planteamiento, mejor desarrollo sin dar un paso de más ni uno de menos, fincando su expresión basada en las normas del toreo ojedista sembrando las zapatillas en la arena haciendo gala de sus muñecas de privilegio con el quiebre leve de cintura y reunido, muy reunido. La afición en un puño, y cuando se esperaba la estocada que le valiera el corte de orejas… Dos pinchazos y entera trasera para saludar cuando la vuelta al anillo estaba más que meritoria. Con el sexto…

Con el sexto, desde con el capote en un quite por chicuelinas citando a la Pablo Herráiz, -- lanzando la montera a la cara del burel para provocar la embestida --, se llevó carretadas de aplausos para con la flámula ya, armar un faenón que se sacó de su poderío y regusto poniendo todo lo que de emotividad le faltaba al bondadoso bernaldito, engarzando ayudados por abajo con la diestra y todavía mejor al natural con la de cobrar que sacudió los tendidos.

Trazo grande tuvo la también grande faena que tenía al público todo batiéndole las palmas mirándole como uno de sus consentidos triunfadores de Guadalajara solo que, con el fin de ir a más, pasó de faena al astado llegando a la suerte suprema sin toro para que le embistiera, teniendo que hacerlo todo el fino diestro sin colaboración de la res, cobró entera desviada que amorcilló y con la espada corta de descabellar, hasta el segundo golpe perdiendo de nuevo los apéndices pero dando una más que merecida vuelta entre la ovación del respetable.

La gente esperándole para salir cuando “El Conde” era levantado a hombros y “El Juli” se despedía entre división. Ayy Julián si hubieses cobrado uno de los estoconazos que sabes y que te hacen ver como un maestro consumado de la suerte suprema…´ Y lo dicho Comendador… La advertencia se cumplió con la ganadería “de primera” que es la que el nombre del ganadero, Bernaldo de Quirós lleva, imagínese qué podrá venir con la de Peñalba para el próximo domingo que es la otra de segundo hierro que maneja el mismo criador…

Ni duda cabe que lo que brilla por su ausencia en la fiesta actual es algo que yo llamo “Sensibilidad Profesional”… Sí, la que falta a los toreros para exigir este ganado y… Y la que falta a la empresa para, a sabiendas de los fracasos sumados, seguirlas trayendo en franca provocación a un público que harto cada día destierran más de las plazas. Por el espectáculo que en México se da, no busquen culpables que saben quiénes y en dónde están, ni enemigos de la fiesta entre los antitaurinos toda vez que los verdaderos están dentro, viviendo algunos y malviviendo otros de ella misma también….

Correo electrónico: francisco @ baruqui.com

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