Con la honradez por delante...

Madrid.- Le diré a usted, amable lector, que años atrás ví corridas del Marqués de Domecq con toros que dejaron recuerdo.  En Talavera de la Reina, alternando Joselito, Ponce y Tomás, seis ejemplares que dieron estupendos juegos brindando una tarde triunfal; pues bien o…

Pues bien o pues mal, la corrida de ayer, se lo aseguro, no tuvo nada que ver con lo que refiero. Ni en hechuras; ni en trapío; ni muchísimo menos por cuanto a las lidias, toda vez que la clase, el buen estilo, la bravura y en sí las condiciones de éxito no aparecieron por ningún lado. Exceptuando dos, cuarto y sexto, que fueron de lo menos malo dejándose meter mano, en términos generales se trató de un encierro complicado, mirando y midiendo mucho a los toreros, con un peligro sordo que puso en aprietos a los tres, salvándose Rafaelillo y sobre todo Valverde, vaya paliza que se llevó el salmantino saliendo maltrecho pero sin las carnes rotas, al ser cogido en el que cerró plaza botándolo en la arena y encelándose con el muchacho pero, repito, sin calar.

Con astados así, tres toreros que necesitaban el triunfo a costa de todo, salieron a darse mostrando actitud y disposición, enmarcadas ambas condiciones en un valor cabal pero sin lucimiento mayor.

Rafael Rubio “Rafaelillo” pechó con el primero, un galafate que miraba la femoral achuchándolo varias veces. Esperando al diestro y dándole coba, le iba dos embestidas tragando pero a la tercera buscándolo, matando el murciano de estupenda estocada en lo alto y descabello al tercer golpe para saludar.

Con el cuarto, uno de los que se dejó más cuando por lo menos humillaba, descolló por el lado derecho en ayudados, desconfiando por el izquierdo para terminar de estocada trasera y tendida que bastó.

Por cuanto a Iván Vicente al que ví varias veces como novillero, corriendo turno al lesionarse de las vértebras su segundo dando paso al cabestraje de lujo único de la plaza de Las Ventas con Florito manejándolo, estuvo muy dispuesto aguantando a un burel con complicaciones al que pasaportó de entera trasera y desviada escuchando un aviso y rematando al cuarto golpe de descabello.

Con el quinto, un sobrero de Jaral de la Mira que nada valía, el madrileño estuvo en torero, voluntarioso y tesonero pero sin mayor lucimiento estoqueándolo de entera desviada saliéndose del embroque derivando en la defectuosa colocación y otra trasera de fin.

Siempre he visto a Javier Valverde como un torero de gran honradez que sin dar concesión alguna sale a justificarse jugándosela, por lo general con corridas duras. En ese mismo tenor ha estado, primeramente con el tercero, un toro que se le quedaba corto y con el que el salmantino se pudo emplear mejor por el pitón derecho necesitando de cuatro pinchazos para que doblara el del Marqués, empero…

Empero, la determinación con la que salió con el sexto que a la postre con todo y lo complicado humillaba más, tardó Javier en cogerle la distancia y el son entre algún trompicón y otro enganche, centrándose luego en series de ayudados por abajo con la diestra y al natural con la zurda aguantando de verdad, hasta que el burel le echó mano cogiéndole de fea manera y rematándolo varias veces en la arena haciendo pensar que llevaba la cornada.  Fue paliza de órdago que maltrecho dejó al de Salamanca quien recuperándose y ya sin la chaquetilla, volvió a la cara del astado para pinchar en un viaje y cobrar entera suficiente para fuerte petición quedando al final en vuelta.

Ni qué más decir, los tres alternantes con una corrida así, salieron con la honradez por delante.

Para hoy, primer festejo de rejones con toros de San Pelayo para el maestro portugués Joao Moura, alternando con Hermoso de Mendoza y el espectacular Andy Cartagena.

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