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Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción. Gilbert Keith Chesterton.

Por: EL INFORMADOR

* Los claroscuros de una administración

¿Todo es malo en la administración de siete años, tres meses y ocho días de Jorge Vergara Madrigal como socio mayoritario de Chivas?

Hombre, por supuesto que no. Que la afición quería más que un solo título (Clausura 2006) y otra llegada a una final (la que perdió Hans Westerhof contra Pumas), también es cierto.

Pesa en el ambiente reciente los tres torneos anteriores, en que Chivas ni siquiera calificó a la liguilla, sumando tres fracasos en resultados y la incertidumbre de hacia dónde iba la filosofía del equipo con tantos cambios de entrenador.

Pero hoy, ciertamente, es momento de celebrar. Hay que dejar que los aficionados rojiblancos hinchen el pecho porque se llevan cuatro victorias consecutivas, se tiene el liderato de goleo individual y por equipos, hay en el plantel presente y futuro, y lo mejor de todo: se ha recobrado el camino para fortalecer la teoría de un futbol espectacular, ofensivo y ganador, con jugadores paridos en la cuna materna de sus fuerzas básicas.
El presente es gratificante con el surgimiento arrollador de diamantes pulidos en la cantera, como Javier "Chicharito" Hernández, Xavi Báez, Patricio Araujo, Édgar Mejía y Omar Esparza (todos ellos menores de 22 años), quienes han sido apuntados por una base de experiencia que aportan Luis Michel, Aarón Galindo, Héctor Reynoso, Jonny Magallón, Alberto Medina y Omar Bravo.

Ése es uno de los principales aciertos de Jorge Vergara, quien desde el día uno en que tomó el control accionario de Chivas apostó por la cantera, invirtió, confió y está obteniendo resultados, aunque no se puede ignorar que tuvo un importante desliz histórico cuando contrató a Raúl Arias, que es la antítesis de la filosofía que pregona.

Una vez reencontrado el rumbo, con un técnico de casa como José Luis Real, que tiene toda la vida en Chivas, el Guadalajara está volviendo a ser lo que la gente quiere: un cuadro con identidad propia, fiel a su historia, con amor a los colores, que se entrega en cada partido y que convierte en praxis la teoría del futbol ofensivo.
De las canteras del futbol mexicano, sin duda alguna Chivas es la mejor o una de las mejores, porque de sus 11 titulares, Luis Michel, Omar Esparza, Héctor Reynoso, Jonny Magallón, Xavi Báez, el "Pato" Araujo, el "Chore" Mejía, Alberto Medina, Omar Bravo y el "Chicharito" Hernández sienten los colores desde niños.

Sólo hay un “extranjero” en el equipo titular, que se formó en la escuela de Cruz Azul, Aarón Galindo, del cual se pueden desprender en un futuro breve para darle salida a otro de sus jóvenes. Es decir: Chivas es autosuficiente. Y no sólo eso: volverá a ser el equipo que más aporte a la Selección nacional, porque Javier Aguirre no puede ignorar el momento futbolístico que están viviendo el portero Michel, el defensa Magallón, los volantes Medina, Mejía, Araujo o Báez, y el delantero Javier Hernández.

Dentro de la estructura creada por Jorge Vergara, las fuerzas inferiores pueden ser presumidas como uno de las condecoraciones que puede colgarse en su uniforme de presidente. Otro aspecto positivo es que, laboralmente, ha cumplido la parte patronal con sus jugadores; Chivas no se ha visto en escándalos de incumplimientos de nóminas. La única reclamación en la Comisión de Controversias contra Vergara la presentó el entrenador que más fracasó, Raúl Arias, quien se llevó varios millones de pesos por hacer perder tiempo a la historia de Chivas.

La historia, como siempre, será la que juzgue el bien y el mal de la labor de Jorge Vergara cuando entregue cuentas como mandamás de Chivas, pero hasta el momento, entre sus claros podemos rescatar la filosofía de futbol ofensivo que le gusta a su afición, la convicción de que la cantera es la piedra filosofal de su discurso y que en la parte laboral ha cumplido sus compromisos.

Otro elemento que obrará en su favor en el balance de su gestión es la construcción de un estadio de primer mundo, de última generación, en el que ha invertido mil 600 millones de pesos en plena crisis financiera mundial. Y uno más es que le ha dado un altísimo valor a la marca de Chivas, porque el marketing es uno de sus talentos naturales.

Entre los oscuros de Vergara se cuenta la gran cantidad de personas que han desfilado por la institución y que se han ido con el halo de la ingratitud patronal; jugadores, entrenadores y directivos que se han ido en la administración de Vergara, no se expresan bien de la forma en que fueron desalojados de sus oficinas o de la cancha, aunque haya cumplido con las liquidaciones que marca la ley. Tampoco fue muy tierno al poner dos partidos a Omar Arellano padre, para luego echarlo a la calle, con una disfrazada renuncia porque no quiso ser auxiliar de Paco Ramírez. Y uno de sus más graves errores históricos fue contratar a la tesis contraria de Chivas, Raúl Arias, que sólo dejó malos resultados, un tropiezo institucional y una sangría importante en las finanzas, porque cobró sin merecerlo. Otro de los balances es que Vergara tampoco ha cumplido en resultados, porque un título en 15 torneos es muy poco.

¿Todo es malo? No, por supuesto que no. Pero tampoco todo es bueno. Jorge Vergara sabe ya, en estos más de siete años, que con la afición de Chivas no se puede experimentar trayendo entrenadores contrarios a la filosofía (Arias remember), ni tampoco se pueden estar cortando procesos prometedores como el actual, aunque no se logre el objetivo de ser campeón. A este paso, con este equipo, tarde o temprano llegarán los campeonatos, porque se tiene la materia prima con calidad y con identidad para esperar mejores tiempos en el corto plazo.



El siguiente texto es la carta del Editor-Director de El Informador, Carlos Álvarez del Castillo, en relación a la columna del periodista deportivo Héctor Huerta, publicada el domingo 7 de febrero de 2010.


Hola Héctor. Tú sabes mi afecto chiva de corazón, te leo con mucho gusto, pero creo que en esta colaboración te enfocas mucho en lo que tú crees de la pareja presidencial en negativo, pero no les vale gorro. Yo los he visto preocupados por los malos resultados y pagando la nómina puntual, el equipo es de ellos y les preocupa más de lo que crees; no sé si has estado con ellos, pero veo ignorancia de tu parte de lo que les significa Chivas.

Ojalá y los resultados positivos de su gestión valieran apapachos cuando se dan,

Carlos.

A continuación se publica la del periodista Héctor Huerta, al Editor-Director de El Informador, Carlos Álvarez del Castillo.

Carlos:

Leí y releí con mucha atención tu atento mail y reconozco tu apertura democrática para publicarlo, aún cuando no estuvieras de acuerdo con algunos de los términos del artículo que anexo a este escrito.

En el tiempo que estuve con tu padre, nuestro querido don Jorge, aprendí muchas cosas del periodismo, pero sobre todo cosas de la vida. Una de ellas es la gratitud. Valoro el gesto tuyo de la publicación de asuntos de la vida pública, aunque difieras de ellos, lo que te hace un director democrático.

Es el momento de concluir este periodo de colaboración entre nosotros. Te reitero mi agradecimiento por estos buenos momentos que volví a pasar en el periódico que más he querido en mi vida. El Informador es como una segunda piel en mi vida profesional.

Me despido con un abrazo, con un reconocimiento al esfuerzo que hicimos para volver a las páginas y me voy en el momento más oportuno, antes de que se llegue a lastimar esta relación que la siento cada vez mejor.

Sinceramente,
Héctor Huerta.

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