Deportes | Por Héctor Huerta Atuendo futbolero “En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran la mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima”. Joseph Heller. Por: EL INFORMADOR 4 de enero de 2010 - 04:00 hs * Los espectadores (II Parte) Hay equipos que con simplemente competir y no descender, salvan su honor. Pero hay otros comprometidos con su grandeza histórica, que tienen la obligación intrínseca de buscar, en cualquier torneo, el campeonato. Menos que ser campeón es poco. Vaya: es nada. Es el caso del Real Madrid, del Barcelona, del River Plate, del Boca Juniors, del Milán, de la Juventus, del Manchester United, del Flamengo…o en nuestro país, de Chivas, América, Cruz Azul o Pumas. No ser campeón en un equipo con grande equivale a dejar un hueco en el corazón de sus aficionados. Que Chivas no haya calificado en los tres últimos torneos es un síntoma de algo. No está correspondiendo al compromiso con su historia, con su interminable legión de seguidores. A Chivas lo han mediocrizado. Y han puesto pretextos torpes, vanos, en ocasiones estúpidos, para justificar tal comportamiento perdedor. Chivas no debe estar frente al televisor viendo las finales que se disputan en el país. Debe estar en la cancha, ante el rival que la suerte le ponga. Ese es el compromiso con su grandeza. Nadie puede justificar los malos resultados con excusas tontas. Los grandes lo son porque no necesitan justificar los triunfos. Sólo los perdedores usan pretextos. Chivas tiene once estrellas en su uniforme. Diez antes de Jorge Vergara y uno en su administración de casi 15 torneos, en los que sólo dos finales lo contemplan y únicamente ha ganado el torneo de Apertura 2006. Antes de que Vergara asumiera el control mayoritario de Chivas, se logró un campeonato con Salvador Martínez Garza, a quien le arrendaron ese tesoro sentimental durante diez años, pero antes de cumplirlos lo devolvió al nuevo comprador, a condición de que le llenara el bolsillo de millones y millones de dólares. Pero antes de estos patriarcas fallidos (Martínez Garza y Vergara Madrigal), la grandeza de Chivas hablaba de nueve gestas históricas en las que se cumplieron batallas gloriosas y se depositaron en las vitrinas del club trofeos de campeón. De la temporada 1956-57 a la 1969-70, la era dorada de Chivas, se ganaron ocho campeonatos en 13 años, bajo la tutela del romántico Club Deportivo Guadalajara, Asociación Civil, con directivos que no cobraban un peso por sentarse en la silla presidencial, sino que dedicaban su tiempo a un cargo honorífico, es decir, “por el honor de ser”. Vino una crisis deportiva, un ayuno de 17 años y en el torneo 1986-87 otra vez el Guadalajara adornó sus vitrinas con otro brillante campeonato, de la mano de Alberto Guerra y con el fallecido Marcelino García Paniagua en la silla presidencial. Sobrevino otra crisis peor, interna, de intensos desgarramientos entre los socios con certificado de aportación y el equipo fue cedido a la Promotora Deportiva Guadalajara, que encabezó Salvador Martínez Garza, con la que sólo se consiguió el título en el Verano 97, con el “Tuca” Ferreti en la banca. El futbol de Jalisco vino un terrible ocaso a partir de 1970, en que se han conseguido sólo cuatro títulos en 54 torneos de liga, entre largos y cortos, todos ellos con liguillas. De esos cuatro campeonatos, Chivas ganó tres y Tecos uno. Pero el caso de Chivas es quizá el más preocupante porque la distancia que llegó a tener sobre sus rivales se ha reducido y América está a un título de alcanzarlo como nuevo campeonísimo del futbol mexicano. Toluca y Cruz Azul están a dos títulos, mientras que Jorge Vergara sigue sentándose a contemplar cómo el equipo se viene abajo en el plano competitivo. Nuevamente recurrirá a la fórmula de los jóvenes, quitándole la mitad de la autoridad que nunca debe de perder un entrenador con el caso Ramoncito Morales. José Luis Real es gente de casa, Chiva desde la cuna, honorable en su trabajo, pero al cual han dejado mal parado ante la afición y su propio plantel con la imposición de tener a Ramón Morales dentro de la nómina, pero no en el equipo titular. Si fuera su decisión, bastaría una declaración pública que no ha hecho porque él sabe que fue imposición de la directiva. ¿Para qué alcanza este plantel y este entrenador en Chivas? Quizá para calificar, para sortear si acaso los cuartos de final, pero nada más. No alcanza para ser campeón. Y pasará un torneo más. Y se acercarán los rivales que quieren desplazar a Chivas como el “Campeonísimo” del futbol mexicano. Y lo alcanzará el América, o el Toluca, o el Cruz Azul… mientras Vergara sigue experimentando con presidentes que saben mucho o no saben (pero que no mandan) o con entrenadores sumisos, arrogantes, inexpertos, novatos, incapaces o charlatanes, como los que ha colocado en la banca desde que se volvió el Todopoderoso de Chivas. Y sin Chivas como potencial finalista en el torneo Bicentenario 2010 que está por arrancar, ausentes también Atlas y Tecos, a la afición tapatía sólo le quedará el consuelo de ver a otras fanaticadas celebrar campeonatos porque mientras no cambien las ambiciones de los directivos, el futbol de Jalisco le tocará sufrir por este lamentable estado actual de mediocridad. Temas Atuendo futbolero Lee También Chivas: Lista de bajas que tendrá para juego ante Necaxa en la Jornada 2 Super Bowl 2023: Look completo de Rihanna durante su show de medio tiempo Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones