Miércoles, 22 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

'En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tú mismo'. Marco Tulio Cicerón.

Por: EL INFORMADOR

* El campeón ADN+ADN

En la espalda de la camiseta de Aldo de Nigris se encerró el gran misterio: "ADN+ADN".

Monterrrey levantó la copa de campeón del Apertura 2009 con el ADN De Nigris. El vestidor fue protegido durante la Liguilla por el ángel de Antonio de Nigris, y en la cancha honró el código genético de gol su hermano Aldo, autor de cuatro tantos en la Liguilla y el factor determinante de este extraño título, que tuvo más que ver con una cuestión molecular que con la calidad futbolística mostrada en la cancha.

Con la foto de su fallecido hermano Antonio en el frente de su camiseta y la leyenda "ADN+ADN" en la espalda, Jesús Aldo de Nigris Guajardo, nacido el 22 de julio de 1983, sabía que la vida tenía que recompensarle (en el mejor escenario de la vida humana) el dolor provocado por la inesperada muerte de su hermano, el pasado 15 de noviembre, ocurrida en la lejanísima ciudad de Larissa, en Grecia, a donde lo llevó el exilio forzoso del lamentable Pacto de Caballeros.

El "Tano" de Nigris era el principal consejero de su hermano Aldo. Era su modelo, su inspiración, su meta. Habían establecido un acuerdo secretísimo, que nadie debía saberlo hasta la muerte de alguno de ellos: querían integrar la delantera titular de la Selección mexicana en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, uno con el "9" (el "Tano", por derecho de antigüedad), y otro con el "11" (por derecho de sucesión).

Establecieron ese pacto de sangre sin recurrir a una prueba de ADN, sino sabedores de que el futbol tenía una deuda con ambos. Antonio sufría el exilio obligado, porque Monterrey nunca lo dejó escapar de la cárcel del Pacto de Caballeros. Y Aldo, porque no terminaba de consolidarse como gran jugador a pesar de su clase, y había sufrido el descenso con el Veracruz, y enseguida vivió otros seis meses infaustos con el Necaxa, que llevarían a este equipo a un segundo descenso, aunque para entonces Aldo ya había pasado al Monterrey.

Antonio y Aldo eran dos hermanos que siempre estuvieron conectados por el hilo invisible del amor entrañable. Los unían muchas cosas: las travesuras infantiles, los sueños de juventud, un balón, el gol, el futbol y el ADN, ese ácido desoxirribonucléico, ese biopolímero (compuesto químico formado por unidades estructurales que se repiten) que constituye el material genético de las células, y que explica cuál fue el motor impulsor del gran cierre del Monterrey que le permitió sumar la tercera estrella a su historia.

Y si el ADN "es el responsable del código genético, que determina en gran medida las características de los seres vivos al nacer", el ADN de los hermanos De Nigris determina en gran medida el título del Monterrey.

Un ADN De Nigris, el de Antonio, ayudó desde cielo, convertido en ángel; el otro, el de Aldo, colaboró en la cancha con otro gol en la final, mostrando esa inconfundible serenidad que sólo poseen aquellos que se gradúan de grandes futbolistas.

Si la molécula de ADN está formada por dos cadenas de compuestos químicos llamados nucleótidos, la molécula futbolística de los De Nigris está íntimamente relacionada con el gol. Antonio quiso repartir sus goles por el mundo. Aldo los puso al servicio del tercer título del Monterrey.

La estructura del ADN es tridimensional. La estructura del nuevo campeón del futbol mexicano es bidimensional, con un goleador en el cielo y otro en la tierra.

En la soledad de su propio destino bipolar, que en noviembre le arrebató a un hermano y en diciembre le regaló su primer campeonato, Aldo de Nigris no ha dudado en reconer el esfuerzo de sus compañeros para alcanzar el principal consejo de Antonio: hay que demostrar siempre una mentalidad ganadora. Comprendió, con la frase anónima de que "una flor se marchita, una castillo se derrumba", pero "una amistad se conserva hasta la tumba", que sus compañeros fueron sus silenciosos cómplices para elevar hasta el cielo un pedazo de gloria.

Los compañeros del Monterrey le dieron a Aldo la alegría que necesitaba para poder soportar el aguijonazo que le encajó la vida cuando se llevó inesperadamente a su hermano-inspiración.

Aldo sufrió en menos de 30 días una transfiguración: pasó de jugador inconsistente, con un talento adormecido, a un goleador hambriento, aspirante, sin duda, a ser considerado por Javier Aguirre para jugar la Copa del Mundo.

Con este torneo definido, a la hora de la celebración íntima, junto a su esposa, su hijo, la hija que está por nacer, abrazado de la viuda de Antonio, Sonia Guerra, de su triste sobrina Miranda, de sus padres, sus hermanos y de sus amigos, Jesús Aldo de Nigris Guajardo sabe hoy, que Aristófanes tenía razón cuando advertía que "en las adversidades sale a la luz la virtud".

La Copa de Campeón del Torneo de Apertura 2009, que entrará hoy mismo a las vitrinas del Club de Futbol Monterrey, debería llevar una leyenda que revela el misterio del título: "Es el trofeo de la hermandad, el título del ADN+ADN".

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