Atuendo futbolero

* La fuerza celestial del ‘Tano’

Allá en las alturas, en su palco de primera fila, seguramente el "Tano" disfruta el pase de su equipo y de su hermano a la final del futbol mexicano.

La sorpresiva y dolorosa muerte de Antonio de Nigris, cuando estaba por comenzar la Liguilla del futbol mexicano, provocó en el interior del Monterrey reacciones encontradas. Un choque emocional con una bipolaridad impensable: La tristeza por la muerte de un futbolista en activo, que además era hermano del actual centro delantero del Monterrey; y por otro lado, la necesidad de darle la vuelta a esta página de dolor, para concentrarse en la inevitable competencia.

Dicho de otra forma: Una vez incinerado el cuerpo de su hermano, Aldo de Nigris sabía lo inevitable del futbol y del espectáculo en general. “El show tiene que seguir”, no quedaba de otra.

Aldo encontró en el vestidor del Monterrey a otros 10 ‘hermanos’ que, junto con él, quieren honrar la memoria del "Tano" con el título que no podría disfrutar, porque el maldito Pacto de Caballeros le impidió una y otra vez volver a su país para seguir jugando al futbol.

Aldo comprendió desde el principio que ya no habría llamadas telefónicas de aliento desde el Viejo Continente; que ya no tendría el consejo oportuno o la grosería adecuada para seguirlo motivando; sabe también que ya no será posible estar los dos en la Copa del Mundo, como era la promesa cómplice, que sólo ellos sabían, y que se reveló tras su muerte.

Aldo de Nigris sólo podía hacer suya la frase de Ludwig Van Beethoven cuando quedó sordo: “Resignación, horrible palabra... y sin embargo, es el único refugio que me queda”.

Lo hizo. Se comprometió con sus compañeros a dedicarle la Liguilla al ‘Tano’. Dijeron para ellos mismos, sin hacerlo saber a la prensa: “Vamos a ser campeones”.Y obviamente, el medio no les creyó porque antes de Monterrey eran favoritos Toluca, Morelia, Cruz Azul, América o Santos.

Todo fue como un guión escrito en Hollywood: Luego de la misa de cenizas presentes (el ‘Tano’ había sido incinerado un día antes), el mismo día del partido de ida contra el América, Aldo lloró junto a su hijo, sus hermanos, sus padres y su esposa, además de los compañeros del equipo... y unas horas después metió el gol del triunfo. Unos minutos después abandonó el campo, y al llegar a la banca, el llanto lo traicionó y no paró de llorar por varios minutos el dolor del hermano ausente. Todos vimos la conmovedora escena y lloramos juntos y solidarios con Aldo la muerte del ‘Tano’.

Monterrey pasó sobre el América con un gol de Suazo y asistencia de Aldo, en un preciso pase para que se consolidara la victoria 2-1 en el global, en el mismísimo estadio Azteca. Luego seguiría el Toluca. Otra vez el ‘ángel celestial’ de Antonio de Nigris se hizo presente y Aldo, honrando su capacidad goleadora y su bravura en el campo, anotó los dos goles del triunfo. Quedaba liquidada la serie, pero tenían que cumplir con el partido de vuelta. Aldo salió, pero en su lugar, Abraham Carreño, su relevo, colaboró con la encomienda de honrar al ‘Tano’,  y su gol puso el 3-0 momentáneo en el marcador global, que terminó 3-1, con el Toluca fuera de la contienda.
Hoy Monterrey ya está en la final contra el Cruz Azul. Su ángel en el cielo espera los siguientes 180 minutos, pero en el lado contrario está Enrique Meza y sus jugadores, que también tienen una cita con la historia para conseguir el título que se les ha negado los últimos 12 años.

La moneda está en el aire. O la atrapa el ángel del ‘Tano’ para llevar alegría a la Sultana del Norte, o la toma Enrique Meza, que quiere devolverle al Cruz Azul todo lo que le dio en su vida.

Lástima que no puede haber dos campeones, porque en Cruz Azul se la merecen el profe Meza, Jesús Corona, Emanuel Villa, Jaime Lozano, Torrado, Riveros o Rogelio Chávez; pero en Monterrey, lo que ha hecho Aldo de Nigris con sus goles, el chileno Suazo al renunciar al gol para convertirse en una pieza más de sacrificio, junto a Jonathan Orozco, Basanta, Luis Pérez, Diego Martínez, Osvaldito Martínez, Walter Ayoví, además del trabajo de Vucetich, también se merecen levantar la copa.

Que sea lo que el Dios del futbol decida, porque ambos tienen motivos de sobra para merecer, y por lo tanto, para festejar.