Atuendo futbolero

La historia dice que el Atlas está metido más que nunca en problemas de descenso. Aunque su entrenador diga que él no piensa en la parte baja de la tabla porcentual, y después ataque a la directiva anterior por los malos resultados de los cuatro torneos anteriores, lo cierto es que anoche el Atlas perdió la oportunidad de alejarse cinco puntos de Tigres, aprovechando la derrota de los felinos en el Clásico regiomontano.

La crisis del Atlas es severa, no por encontrarse en el lugar 15 del porcentaje, sólo encima de Querétaro, Tigres e Indios, ni por las tres derrotas en cinco juegos o las dos caídas consecutivas. Es una crisis de confianza que ya se transmitió a la tribuna, porque la entrada en el Estadio Jalisco no correspondió a la expectativa de enfrentarse al líder general Morelia, ni a la fidelidad de sus simpatizantes.

Y lo peor es que en la integración del plantel, mientras La Volpe echó del Atlas a Bruno Marioni por un “ajuste de cuentas”, según dijo el delantero argentino (aquella venganza por darle a la directiva el teléfono de Américo Gallego cuando amenazaban con traer a... justamente a La Volpe) y dejó en su lugar al “Turbo” Vargas, hoy la eficacia de uno y otro es abrumadora: mientras Marioni lleva cuatro goles con los Estudiantes Tecos, Gonzalo Vargas lleva cinco juegos y cero goles.

Esos caprichos de La Volpe, que normalmente cuestan a los equipos que dirige, pueden representar para el Atlas incrementar el problema de descenso.

La derrota de anoche ante un Morelia enrachado (cuatro triunfos y un empate en el torneo) deja en condición crítica a los rojinegros porque cuando el Atlas empieza a oler el descenso, suele irse. Y hoy vive la peor amenaza desde que llegó Daniel Guzmán para salvarlo, hace algunos años. Normalmente el Atlas salía de sus problemas porcentuales, pero hoy vive la seria amenaza no sólo de no calificar, sino de ir descendiendo en la tabla fatídica.

Y para colmo del futbol tapatío, Chivas se presentó en Cancún tratando de conseguir su segundo triunfo seguido, tras vencer a Querétaro, pero se encontró con un Atlante resuelto, que le ganó claramente.

Esta derrota deja a Paco Ramírez otra vez en condiciones incómodas porque Jorge Vergara, el propietario del equipo, no suele ser paciente y la sombra de Nacho Ambriz sigue por ahí, asomando por las instalaciones de Verde Valle.

La consecuencia de la derrota es que Chivas, otra vez, se aleja de los primeros lugares del grupo uno, el más flojo del torneo, donde van al frente Toluca, Atlas y San Luis, con los rojiblancos en cuarto lugar y en le fondo Indios y Querétaro. Es un grupo para que Chivas, reforzado con Omar Bravo, calificara con gran facilidad. La derrota de anoche, 1-3 ante Atlante, deja a Chivas, a Paco Ramírez, a Jorge Vergara y a todo el plantel en la peor de las situaciones: explicarle a la gente porqué no funciona el equipo. Ya son dos torneos consecutivos sin calificar y la gente ha mostrado por distintos medios su molestia.

A esto súmenle el enojo por el cambio del escudo, que altera una tradición de casi cinco siglos, porque lo que alteraron no fue un logo de Chivas, sino el Escudo de Armas de la ciudad de Guadalajara.

Lo único bueno para Chivas es que está encontrando al hombre gol, porque Javier “Chicharito” Hernández consiguió su quinta anotación en cuatro partidos. Ha metido goles en los cuatro partidos de la Liga y sigue en la cima del goleo individual junto con Miguel Sabah y Emmanuel Villa.

Viene, sin duda, una semana difícil para Atlas y Chivas.