Jueves, 09 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

“En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo”. Séneca.

Por: EL INFORMADOR

Mientras Carlos Hurtado intervenía en su caso, le metía dinero a su separación de Chivas comprando parte de sus derechos federativos, intentaba triunfar en Europa con el Deportivo La Coruña y después regresaba a México para fracasar con Tigres y ahora retomar otra oportunidad en Chivas, Omar Bravo Tordecillas se dio cuenta que un año en el futbol puede ser una eternidad.

Cuando volvió a Chivas para convertirse en el goleador, en el ídolo, en el aclamado por la multitud, su lugar ya había sido ocupado por Javier “Chicharito” Hernández, un hambriento delantero que lleva el gen del gol en la sangre porque su abuelo Tomás Balcázar y su padre Javier el “Chícharo” Hernández eran amigos íntimos de la red.

El “Chicharito” heredó de su abuelo la capacidad para ser eficaz en el juego aéreo. Y su padre, que a pesar de su baja estatura también metía goles con la cabeza, heredó el resorteo. De su abuela Lucha tiene la alegría para jugar y de su madre Silvia la sobriedad para resolver situaciones difíciles en la cancha.

Este “Chicharito” es un jugador de raza, un hombre que nació para el futbol. Otros muchos en el pasado tenían las mismas características, pero les faltaba el hambre del goleador que muestra Javier de unos meses para acá.

Nacido el 1 de junio de 1988, con 1.75 de estatura y 71 kilogramos de peso, con 21 años y casi tres meses de edad, el “Chicharito” Hernández perfila para ser uno de los delanteros de la selección mexicana en el futuro, según su entrenador Paco Ramírez.

Pero Javiercito quiere hacer el futuro hoy. Y va a paso veloz. Su ambición no trota: vuela. Colocado ya entre los principales goleadores del torneo, el mundial del 2010 para todos está lejos, pero para él se encuentra a la vuelta de la esquina. Muchos lo quieren ver hasta el 2014. Él quiere ir ya.

Si mantiene esa hambre de gol, la selección tendrá inevitablemente que conovocarlo. Porta además el uniforme sagrado de Chivas, ese que Javier Aguirre y Néstor de la Torre, los responsables de la selección, también usaron en algún momento de su carrera y saben qué tipo de exigencias tienen los futbolistas que visten una camisa que, aunque de seda, pesa distinto que otras.

Mientras emergía el goleador del futuro, Omar Bravo llegó a Chivas de regreso y se dio cuenta desde este sábado pasado ante el Querétaro, que el futbol es momento. Y que el momento actual del “9” de Chivas (aunque traiga el “14” en su espalda) es del “Chicharito”. Hoy hay otro titular, se dio cuenta Omar.

Los pesimistas presagiaban que la llegada de Omar sería como un inesperado eclipse en la carrera del “Chicharito”. Pero Javier lo vio como una gran oportunidad. La llegada de Omar Bravo a Chivas sirvió como revulsivo para inyectarle nueva motivación a Javier, quien demostró ante el Querétaro que el puesto de centro delantero del Guadalajara es suyo. Punto.

Javier tiene la firme convicción de demostrar con goles que el presente y el futuro de Chivas es él. Mientras que Omar, con un brillante pasado en Chivas, hoy no tiene siquiera el puesto seguro.

Así son la vida y el futbol. Los jóvenes con hambre de ser siempre están estudiando para escribir su propia historia.

Observando los paralelismos entre las carreras del “Chicharito” Hernández y de Omar Bravo, una frase de Víctor Hugo nos podría ayudar a interpretar lo que ocurre con ambos: “El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable; para el miedoso, lo desconocido; y para el valiente, la oportunidad”.

Javier Hernández Balcázar sabe que esta era su oportunidad. Y es valiente para defenderla día a día en los entrenamientos y semana a semana en los partidos. Y la va a defender con su obsesión: con goles.

Omar Bravo Tordecillas se enfrenta a un presente desconocido, que reta su valor para responder cuando le den la oportunidad de revancha. Tiene pasado, quizá todavía un largo presente, pero menos futuro que Javier.

El “Chicharito” es presente y futuro. Omar lo aventaja en experiencia y en años porque su carrera y sus goles le merecieron el reconocimiento de ayer, el respeto de hoy, pero se enfrenta a la incertidumbre de mañana.

A Chivas le beneficia esta circunstancia extraña. Si antes tenía una opción de gol con Omar Bravo, hoy tiene un importantísimo plus con el momento goleador que vive Javier Hernández.

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