Atuendo futbolero

La victoria sobre Estados Unidos, sin duda el mejor equipo de la Concacaf en este momento, fue muy importante. Pero después del triunfo categórico de Honduras sobre Costa Rica creció el valor de lo realizado por México ante Estados Unidos, porque cualquier otro resultado nos hubiese puesto muy lejos de uno de los tres boletos directos para el Mundial de Sudáfrica 2010.

Sufriendo, a nueve minutos del final, con un constante fallar en el ataque y una defensa que por sí mismo provocaba pánico, la Selección de Javier Aguirre finalmente impuso su condición de local, utilizando al mejor jugador de su historia: el Estadio Azteca.

Ahí, entre 110 mil espectadores, el calor de las tres de la tarde, el smog, la altura y el pánico escénico para siete jugadores norteamericanos que nunca habían jugado en esas condiciones, Aguirre rescató tres puntos que son como una bocanada de oxígeno para quien se está asfixiando.

México apretó el pelotón entre cuatro aspirantes para tres lugares directos y un repechaje. Casi hasta podría asegurarse que en la fecha seis los cuatro boletos están repartidos entre México, Estados Unidos, Honduras y Costa Rica, en el orden que usted los quiera poner, porque El Salvador y Honduras se quedaron rezagados en el hexagonal final.

A México lo separaban seis puntos del líder Costa Rica antes de celebrar la sexta fecha. Hoy sólo está a tres puntos de distancia.

También estaba a cuatro de Estados Unidos y hoy está a uno solamente. Y con Honduras se mantuvo la desventaja de apenas un puntito.

Por eso Javier Aguirre respiró profundo, se desapretó el nudo de la corbata que lo estaba ahogando y pudo por fin dar rienda suelta a su coloquial uso de palabras altisonantes que despiertan risas porque las usa en momentos precisos.

Hombre de largo kilometraje en el futbol, con excelente manejo de la mano izquierda y la derecha, en algún momento de la Copa de Oro pareció perder la cabeza, pero se tranquilizó y hoy está metidísimo en la pelea por calificar.

Con decir que si gana a Costa Rica de visitante y luego impone su condición en el Azteca frente a Honduras y El Salvador en forma consecutiva, logrará su pase directo al Mundial, sin atajos y sin esperar lo que hagan los demás. Con 18 puntos nos basta. El problema es que ni con Sven Goran Eriksson, ni con Aguirre hemos podido ganar ningún partido en condición de visitante.

Eriksson jugó el cuadrangular anterior ante Canadá, Jamaica y Honduras y perdió dos, con un mísero empate ante Canadá 2-2, luego de que el gol de Matías Vuoso resultó salvador. Calificamos de panzazo, gracias a que Jamaica no tuvo gas para golear a Canadá, pero quedamos detrás de los catrachos en la tabla de posiciones.

En el actual hexagonal, Eriksson perdió ante Estados Unidos en Columbus y frente a Honduras en San Pedro Sula. Otra vez a sufrir. Pero llegó Javier Aguirre y su única derrota la sufrió ante El Salvador en el estadio Cuscatlán, que es otro de los templos de sacrificio que tienen los centroamericanos.

Hoy, a Javier Aguirre, a Decio de María (el repartidos de besos), a Justino Compeán y a los dueños de las televisoras, les regresó el alma al cuerpo, luego de que se estaba extendiendo el temor de que México no lograra su calificación al Mundial.

Relajado, bromista, juguetón, alburero, el pasado miércoles reapareció en la cancha del Azteca el Javier Aguirre que había desaparecido desde que dio su primera lista de seleccionados, y de merecer duras críticas de los medios porque la Selección seguía sin funcionar.

Ahora, sin jugar bonito, las cosas se pusieron parejas y está en manos de México la calificación. Si de los 12 puntos que restan gana los 12, no habrá poder humano en la tierra que impida su pase al Mundial, quizá hasta en el primer lugar del hexagonal. Pero también el segundo y el tercer lugar dan el pase directo.

Una derrota o un empate ante Estados Unidos hubiesen resultado catastróficos con la combinación de resultados.

Esa es tal vez la parte más rescatable del encuentro, en el que lo económico sigue superando a lo deportivo porque recaudar 20 millones de pesos en taquilla directa en un partido de futbol, en miércoles, en horas laborables, no es algo que ocurra todos los días.