Viernes, 07 de Noviembre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

“La victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”. Aristóteles.

Por: EL INFORMADOR

Tal vez la mejor frase previa al partido contra Costa Rica fue la de Tomás Boy, al afirmar que el mejor jugador de México es el Estadio Azteca. Quedó demostrado que el gigante de 120 mil voces es poderoso, impresiona al visitante y motiva al local.

La Selección mexicana demostró que tiene futbol, aunque no sea Brasil, Argentina o España, pero tiene futbol suficiente para imponerse en la región de más bajo nivel futbolístico del mundo: la Concacaf.

Las dudas de la afición no terminan, pero la reacción de los jugadores al festejar los goles (ese desarticulado y hasta grotesco baile simulando viajar en un trenecito) al menos trata de mandar un mensaje de unión al interior del grupo y de que los triunfos hacen que reviva la alegría, cese la presión y los medios de comunicación se vean obligados a reflejar el ambiente de cordialidad que existe entre los seleccionados.

El problema para México es que la alegría dura un suspiro. Ganar de local es algo habitual en la historia de las eliminatorias. Prueba de ello es que en casi 80 años de disputar pases a mundiales, México sólo ha perdido un partido en casa, justo el de 2001 ante Costa Rica.

El compromiso de este miércoles contra Honduras será de alta tensión porque en San Pedro Sula nos tienen tomada la medida y en la mayoría de ocasiones ellos ganan.

Tampoco servirá esa victoria normal y lógica contra Costa Rica para que los seleccionados cobren viejas afrentas, como el caso de Nery Castillo, quien volvió a pelear contra la prensa con algunas frases retadoras e hirientes:

“Yo no aprendí nada, los que tienen que aprender son ustedes”.

“Lo único que están buscando es hacer polémica, y creo que los periodistas tienen que apoyar más a la Selección y no sólo cuando las cosas están lindas como hoy”.

“Es muy fácil criticar, pero hay momentos en que se tiene que apoyar, y es tan claro como que si nosotros ganamos ustedes van a ir al Mundial y si nosotros no vamos ustedes tampoco van a ir”.

“Dicen que no soy mexicano, algunos de ustedes son los que no son mexicanos porque en lugar de apoyar a la Selección buscan preguntas tontas y que se cree un ambiente feo”.

Y la prueba, según Nery, de que él tiene razón, son los gritos de apoyo que recibió de los aficionados el sábado pasado en el Estadio Azteca, aunque no participó en el encuentro.

Pero al margen de declaraciones como las de Nery, este miércoles será la verdadera prueba para todo el equipo mexicano, porque si se gana en Honduras estará zanjado el camino para llegar al Mundial pues con cinco triunfos en casa y uno fuera está matemáticamente asegurada la calificación.

Además, es una prueba vital para medir el temperamento de los jugadores y los aciertos tácticos de un Sven-Göran Eriksson que, como visitante, lleva tres derrotas, un empate y cero victorias en la eliminatoria.

Por lo pronto, el boleto de avión Madrid-México para que Javier Aguirre tomara a la Selección Nacional este domingo se pospuso tres días. No se hizo efectivo el sábado mismo, pero podría aplicarse la madrugada del jueves.

Eriksson sabe que su permanencia en el cargo depende de cuatro puntos cuando menos en dos partidos. Ya ganó tres. Le falta un empate ante Honduras porque la derrota podría regresarlo anticipadamente al mundo del glamour europeo, donde recuperaría su bien ganada fama de “don Juan”, además de que allá tiene prestigio como un entrenador exitoso que fue en Portugal, Italia, Suecia e Inglaterra.

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