Jueves, 09 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

Por Héctor Huerta

Por: EL INFORMADOR

 “Perdimos contra Jamaica, Honduras y Suecia, pero
me siento muy contento de haberme comprometido
con este trabajo. A mí me gustan las críticas”.

Sven-Göran Eriksson.


Aunque nadie se ha pronunciado públicamente, entre los dueños de equipos el sueco Sven-Göran Eriksson ya tiene plazo: tres partidos para conseguir mínimo cinco puntos. Y aun podría extenderse el plazo hasta el cuarto partido, contra El Salvador, y si pierde también podrían cesarlo.

Las cuentas no son difíciles de hacer: México enfrentará los primeros tres partidos visitando a Estados Unidos en Columbus, Ohio, el 11 de febrero; luego, el  28 de marzo contra Costa Rica en el estadio Azteca; nueva visita terrible el ante Honduras en San Pedro Sula, donde normalmente perdemos; y un cuarto partido igual de complicado, ante El Salvador en el siempre temible estadio de Cuzcatlán.

La desconfianza de los dueños tiene base pues México ha perdido ante Jamaica en la isla, ante Honduras en su país, ante Suecia un amistoso, igual que frente a Chile. Es decir: la selección de Eriksson no sabe ganar de visitante. Lo más que ha conseguido es un sufrido empate contra Canadá en Edmonton.

Por eso, si México pierde en sus visitas a Estados Unidos, Honduras y El Salvador (vaya calendario mañoso que puso la Concacaf), entonces México tendría que aplicar un Plan “C” para sustituir a Eriksson (que era el Plan “B” luego de que falló el Plan “A” con Hugo Sánchez).

Uno de los operadores de los dueños, Decio de María, deslizó el viernes la posibilidad de un relevo si México no obtiene buenos resultados en los primeros tres partidos del hexagonal.

Y la tarea no será fácil porque del cuadro supuestamente titular la selección no podrá contar (hasta ahora, sin contar lesiones que puedan producirse en los siguientes días) con Andrés Guardado, Gerardo Torrado, Fernando Arce, Jonny  Magallón ni Carlos Vela.
Por eso Eriksson se ha negado a dar la lista de 23 jugadores para enfrentar a los Estados Unidos, porque ni él mismo la sabe. Por ejemplo, la presión de los medios para que convoque a Ramón Morales como primera opción y Braulio Luna como segunda para sustituir a Guardado, seguramente hará que el sueco modifique un rato sus gustos particulares porque ni uno ni otro han sido tomados en cuenta durante su proceso porque los considera demasiado veteranos o porque los directivos le han puesto alguna prohibición para convocarlos.

Han en el seno interno de la selección mucho nerviosismo, por más que, con sus trajes nuevos, el viernes pasado hayan querido dar una muestra de unión y de confianza ante los medios, tanto entrenador como directivos.

Justino Compeán, Decio de María (entre 500 y 600 mil pesos al mes cada uno) y Guillermo Cantú (cerca de 300 mil pesos) le cuestan al futbol mexicano casi 15 millones de pesos al año, para una productividad verdaderamente pobre porque no han sido buenos colaboradores de Eriksson.

Ya cambiaron de preparador físico en la selección en menos de un año, lo que demuestra la falta d certeza al elegir a los profesionales que acompañarían al sueco, labor que corresponde a Cantú, Decio y Justino. También se han equivocado en su relación con los medios porque piensan que con reuniones secretas y privadas (el pasado viernes tocó a las televisoras alternativas, que no son las oficiales que mandan en el futbol mexicano) se puede cubrir la posibilidad de un gran fracaso, el peor en la historia del futbol mexicano, si no se califica al Mundial de Sudáfrica 2010.

Hay mucho nerviosismo. Y Eriksson tendrá que tener sus maletas listas porque los dueños ya le pusieron plazo: cinco puntos en los primeros tres partidos… o adiós.

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