Deportes | Por Héctor Huerta Atuendo futbolero “No se les puede enchinar la piel escuchando el himno nacional como se le enchina la piel a cualquier otro jugador nacido en México”. Nacho Trelles sobre los naturalizados. Por: EL INFORMADOR 19 de enero de 2009 - 02:09 hs En la lista de convocados a la selección nacional que dio a conocer el sueco Sven Goran Eriksson el pasado viernes aparecen por primera vez en la historia del futbol mexicano cuatro jugadores naturalizados y otro que habiendo nacido en Estados Unidos, es mexicano porque sus padres también lo son. Se trata de los brasileño Antonio Naelson “Sinha” y Leandro Augusto, así como de los argentinos Vicente Matías Vuoso y Lucas Ayala. El que nació en Estados Unidos fue Edgar Eduardo Castillo, ex de Santos y hoy de América, que siendo hijos de padres mexicanos, vio su primera luz el 8 de octubre de 1986 en , Con Javier Aguirre en el Mundial de Corea-Japón 2002 se llegó a la tentación de incluir a un jugador naturalizado en la selección: el argentino Gabriel Caballero. Luego, Ricardo LaVolpe no se quiso quedar atrás e incorporó en la lista final de la Copa del Mundo Alemania 2006 a “Sinha” y al argentino Guillermo Franco, e hizo gestiones para llevar también a Wálter Gaitán, quien rechazó la oferta. En este momento el tema de los naturalizados está fuera de control. Eriksson ha nominado a cinco (el “Guille”, “Sinha”, Lucas Ayala, Leandro y Vuoso), pero Decio de María ha declarado que el límite lo establece el propio entrenador y nadie más. Es decir: hay carta abierta de la Federación para los excesos. Lo peligroso es que cada vez más son los jugadores que deciden adoptar la nacionalidad mexicana mediante el procedimiento de naturalización y por lo tanto, conforme a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, adquieren los mismos derechos y obligaciones que los nacidos en esta tierra. Y en el caso de los futbolistas que no hayan representado antes a las selecciones de sus países de origen, son legítimamente elegibles para ser convocados. Podría darse el caso de que tuviéramos una selección mexicana con Federico Vilar en el arco, Careciv, Fernando Ortiz, Jorge Zamogilny y Leandro Augusto en la defensa; Lucas Ayala, “Sinha” y Ludueña en la media cancha y “Guille” Franco, Vuoso y Alfredo Moreno en la delantera, porque todos ellos son elegibles para jugar en la selección. Unos ya están, pero otros como Vilar, Fernando Ortiz y Zamogilny no han hecho público su deseo de naturalizarse, mientras que Alfredo Moreno y Ludueña están por terminar sus trámites para recibir su carta. Mientras la Federación Mexicana de Futbol no establezca un límite prudente, es probable que la selección nacional sea un auténtico equipo Resto del Mundo, sin identidad propia, sin sello propio, sin estilo, que no revelará en competencias internacional el verdadero nivel de los jugadores autóctonos, porque simple y sencillamente está plagado de naturalizados. Con esto mismo se están cerrando las puertas de la ilusión para los nacidos en México, que sueñan con portar algún día la playera verde de la selección. Y lo peor del caso: ¿cuántos de estos naturalizados que están actualmente en México son infinitamente superiores a los mexicanos por nacimiento? Temas Atuendo futbolero Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones