Deportes | Por Héctor Huerta Atuendo futbolero “El entrenador trabaja en buena medida, para reducir su propia incertidumbre” Jorge Valdano. El miedo escénico y otras hierbas. Por: EL INFORMADOR 21 de diciembre de 2008 - 03:38 hs El “Chepo”, “Josefo”, José Manuel, o el señor De la Torre. Es el mismo, de pies a cabeza. Se sabía de su personalidad desde que mezclaba su clase con las rabietas, cuando era apenas un brillante prospecto de las fuerzas básicas de Chivas. Por aquellos años, el querido y entrañable Tomás Balcázar nos anticipaba con el buen ojo que siempre ha tenido: “Viene un muchachito que juega maravillosamente con la pelota, le pega muy fuerte, es un gran cobrador de tiros libres, la pone donde quiere desde 50 metros, anota y sirve balones de gol… ¡Ah, y tiene un pinchi carácter!”. Y es que “Chepo” siempre fue obsesivo de la responsabilidad. Un maduro prematuro, que desde niño luchaba contra la vida para acomodarla al orden establecido por su carácter. A los 20 años cuestionaba los ordenamientos tácticos de Alberto Guerra (y miren que desafiar a Guerra cuando era entrenador de Chivas no era cosa sencilla), para que le explicara los porqués de todo. Y mucho antes, siendo un adolescente, iba a los entrenamientos del Jalisco con su tío Javier de la Torre, que era el entrenador, para ponerse a entrenar con los jugadores de primera división; les quería enseñar a tirar, a moverse en el campo, a desafiar el orden establecido. Tuvo siempre facultades para el futbol conceptual. No sólo lo jugaba y muy bien. Su cerebro procesaba a la misma velocidad la teoría que la práctica. Pero pronto se dio cuenta que el mundo no era como él quería. Chivas le dio la oportunidad soñada: lo transfirió prestado al Oviedo de España, donde metió ocho goles en la liga y tres en la Copa del Rey. Regresó a vacacionar a México, pensando que su carrera seguiría en el Sevilla o el Valencia, interesados en comprarlo, pero una operación extraña en la que participaron Carlos Hurtado, Guillermo Lara, Sergio Ruiz y Emilio Maurer lo depositó contra su voluntad en el Puebla, frustrándole así su sueño de internacionalizarse. Los años siguientes en México fueron buenos, cumplió en todos los equipos, pero la vida lo llevó, siendo Chiva desde la concepción misma, al odiado rival América, donde comenzaría su carrera como auxiliar técnico. Con Necaxa, Raúl Arias lo comenzó a utilizar de consejero personal, siendo su jugador, pues en la cancha él impartía los ordenamientos que se daban desde la banca. También fue a la Primera “A” a recuperarse de una lesión y ahí se dio cuenta que tenía ascendencia con los jugadores y sus aportaciones tácticas ayudaban a las victorias. Aunque fue jugador y destacado, da la impresión que la verdadera vocación de “Chepo” es ser entrenador. Sólo sufre en una parte de su tarea: en el trato con los medios de comunicación. Elba de Padua Lima, mejor conocido como “Tim”, un entrenador brasileño que dirigió a la selección de Perú aconsejaba a los entrenadores cobrar cuatro sueldos al firmar el contrato: uno por dirigir a los jugadores, otro por “entrenar” a los directivos, otro por dirigir a los aficionados y uno más por dirigir a la prensa. Hasta ahora, en su breve carrera, “Chepo” goza de una prensa regular, primero porque su aspecto militar, la dureza de su rostro y los ademanes iracundos en la banca de poco le ayudan, y segundo porque la falta la malicia, el colmillo, el descaro, de pararse frente a 100 periodistas y disfrutar, como Javier Aguirre, con saludos, bromas, ocurrencias, cotorreo. Mejorando esa parte que termina por afectarlo, “Chepo” perfila para ser un entrenador de altos vuelos en México. En cinco torneos que ha dirigido ha calificado cuatro veces a la liguilla, dos a la final y ha ganado dos campeonatos, en el Apertura 2006 con Chivas y en el Apertura 2008 con Toluca. En un torneo entró de relevo por Hans Westerhof (Clausura 2006) y en siete partidos logró calificar y llegar a semifinal, perdiendo en el último minuto el pase a la final en aquel duelo contra Pachuca, cuando Aquivaldo Mosqueda metió un agónico gol. En ese torneo Chivas también llegó a semifinales de la Copa Libertadores. Al siguiente torneo fue campeón con Chivas, logrando desde el repechaje una marca perfecta de cinco victorias y tres empates, a cambio de ninguna derrota en la liguilla. Al torneo siguiente volvió a calificar a las semifinales, donde fue eliminado por el América. El trago más amargo lo pasó en el Apertura 2007, cuando Jorge Vergara lo corrió en la fecha nueve, con tres victorias, tres empates y tres derrotas. Y lo echó después de perder contra el Toluca en el “Nemesio Díez”. Y en ese mismo estadio (qué cosas tiene la vida) se había coronado con Chivas y recién levantó la copa otra vez con el Toluca. No dirigió el Clausura 2008 porque al ser despedido de Chivas se quedó sin cuerpo técnico. Tuvo que integrar a viejos amigos como Sergio Lugo, Jaime León y Carlos García para completar un equipo de trabajo que hoy tiene el futuro asegurado porque “Chepo” trae de frente la estrella como entrenador… a pesar del pinchi carácter que a veces le brota y que irrita a quienes más lo estiman. Temas Atuendo futbolero Lee También Chivas: Lista de bajas que tendrá para juego ante Necaxa en la Jornada 2 Super Bowl 2023: Look completo de Rihanna durante su show de medio tiempo Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones