Atletismo y algo más...

Sí, el 25 de diciembre se conmemora como cada año la venida de Jesucristo, el Hijo de Dios, convertido en niño, y realmente somos afortunados, porque podemos reiniciar y ser niños una vez más, igual que este “Niño Dios”.

El ser niños, es una gran virtud, porque todo lo veremos con ojos nuevos, con alegría, con entusiasmo, todo por lograr una vez más, con una gran sonrisa recibiremos una lluvia de estrellas, una hermosa luna y un nuevo sol, porque la felicidad es un estado de ánimo y está dentro de cada uno de nosotros y no depende de nada, ni de nadie, más que de nosotros mismos para ser feliz.

Feliz Navidad, a todos, sí, en especial a los lectores de ésta su columna, a los corredores, y a una estrella en especial, porque recupere su brillo y algo más, a los amigos, a la familia, ¡ en un día muy especial, como deben ser todos a lo largo y ancho de nuestro maratón de vida!

A los seres queridos que se nos adelantaron en el “sprint final”, que cruzaron esa línea de meta de nuestro maratón de vida, los podremos observar en esa bóveda celeste y las encontrarás brillando intensamente y fácilmente los podrás identificar.

Disfruta la vida, mejora tu salud y “no te busques dolores, porque si te los buscas, los encontrarás”.