Miércoles, 14 de Mayo 2025
Deportes | Se aproxima el sexto juego de la serie Boston-Los Ángeles

Asignatura pendiente

Boston acarició el trofeo Larry O’Brien, que se entrega cada año al campeón de la NBA. Por un momento, pareció que los Celtics se encaminaban a una ceremonia de premiación que ahora ha quedado postergada

Por: EL INFORMADOR

Los Celtics han regresado a Boston, pero no para celebrar el título todavía.

Incapaces de darles la puntilla a los Lakers de Los Ángeles para coronarse por primera vez desde 1986, los Celtics, el mejor equipo de la NBA desde noviembre pasado, volaron de regreso a casa para disputar el sexto partido de la final, un compromiso que hubieran preferido obviar.

Las lesiones, otra gran desventaja en la primera mitad y una mala actuación de Kevin Garnett costaron a Boston una derrota por 103-98 el domingo en el quinto partido, disputado en Los Ángeles.
Decepcionados por haberse perdido esa oportunidad, los Celtics abandonaron el Staples Center.

“No fue lo que queríamos”, reconoció el entrenador en jefe, Doc Rivers, sobre la visita al sur de California. “Queríamos dos victorias más. Desde luego, la buena noticia es que volvemos ahora a casa, pero realmente creímos que podíamos ganar uno más de estos partidos. Ganamos uno y está bien, pero evidentemente esto no es lo que queríamos”.

Boston acarició el trofeo Larry O’Brien, que se entrega cada año al campeón de la NBA. Por un momento, pareció que los Celtics se encaminaban a una ceremonia de premiación que ahora ha quedado postergada.

En vez de ser entregado al equipo de Boston, el trofeo fue llevado al aeropuerto de Los Ángeles y colocado en un avión para el vuelo de seis horas a Nueva Inglaterra.

Pese a la derrota, los Celtics, un equipo de gran tradición, sienten que tienen muchas posibilidades de conquistar su décimo séptimo título, precisamente el 17 de junio.

“Estamos un partido arriba, cuando restan dos como locales”, dijo Paul Pierce, quien anotó 38 puntos en el quinto encuentro. “Todavía sentimos que tenemos la ventaja y yo creo que somos un mejor equipo”.

Así, la final número 11 entre los Celtics y los Lakers, que tienen la mayor rivalidad de la NBA y una de las más arraigadas en el deporte profesional, tiene pendiente al menos un capítulo más.

Y pese a que el enfrentamiento anterior entre los dos clubes en una final fue hace 21 años, ambos parecen dispuestos a seguir reforzando la rivalidad.

Los cinco partidos de esta serie han estado cargados de dramatismo (el regreso de Pierce a la cancha tras lesionarse la rodilla en el primer partido), historia (la remontada sin precedentes de los Celtics, de 24 puntos, en el cuarto encuentro), sorpresas (la revelación de Leon Powe como la estrella del segundo duelo) e incluso un poco de escándalo, con las acusaciones del ex árbitro Tim Donaghy sobre partidos arreglados en la postemporada.

Esa controversia ha flotado como una nube negra sobre la final.
Los Lakers tratarán por su parte de ser el primer equipo en la historia que remonta una desventaja de 3-1 en una final. Al menos el domingo, dieron un paso más hacia esa hazaña.

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