* Viraje

La suerte del Atlas, como suele suceder, dio un viraje espectacular --el clásico giro de 180 grados--... en el minuto 90.

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Todavía falta un buen trecho para que la travesura se consume: el miércoles próximo pudiera suceder que los rojinegros avanzaran a la fase de semifinales de la Copa Libertadores y aun “olieran” la posibilidad de ser finalistas. Bastará, para ello, que Boca Juniors no gane en el Estadio Jalisco, ni rescate un empate a más de dos goles por bando, por aquello del valor agregado que tiene el gol de visitante..

Las perspectivas de que los rojinegros hagan historia no son, en absoluto, despreciables, si se considera que muy posiblemente la Conmebol, caso de clasificar el Atlas a costillas de Boca y de que América haga lo propio a costa del Santos brasileño, dispusiera que se enfrentaran en la siguiente fase los dos equipos mexicanos, para cancelar a priori la posibilidad de la que sería una afrenta para los sudamericanos: una final entre ellos.

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Ayer, por lo pronto, el destino le pagó al Atlas la que le debía...
Cuando los rojinegros visitaron al Boca, en la fase de grupos, su desempeño --ordenado a la defensiva, imaginativo y machacón al ataque-- le prometía un buen resultado. Esa posibilidad se frustró: por los desaciertos individuales de los defensores en los minutos finales, el Atlas terminó goleado. Sin embargo, hubo consenso de la  crítica: el equipo de Miguel Ángel Brindisi merecía mejor suerte.

Ayer ocurrió a la inversa. El Atlas se anticipó en el marcador. Boca empató en un lance desafortunado de Ayala... En el segundo tiempo, a cambio de dos oportunidades que Mendívil malogró --en la primera dejó que Caranta saliera a taparle el cañón de la escopeta, en la segunda puso la pelota en órbita--, el Boca hizo el segundo tanto... y cuatro veces estuvo a punto de convertir el virtual triunfo en masacre.

Así hasta que Torres Nilo, en el minuto 90, aprovechó el bombón que Medina le puso en la frente para rescatar un empate a dos que ciertamente no representa un cheque al portador para la siguiente fase, pero sí es un excelente resultado en la medida en que obliga al Boca, para seguir con vida, a hacer lo que no pudo --o no supo-- la vez anterior que se enfrentaron: ganar en el Estadio Jalisco.