* Reprobados

Puesto que se trataba de someter a examen las perspectivas, de cara a la “liguilla” —es decir, al verdadero campeonato— a lo que queda del Guadalajara una vez que Javier Aguirre tuvo a bien desmantelarlo para dar forma a la Selección Mexicana que irá al Mundial de Sudáfrica, el 0-3 del sábado, ante el Morelia, implica una rotunda nota reprobatoria... por partida doble.

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Claro: no se pretende que sea la nota definitiva. Falta lo que José Luis Real y su plantilla de jugadores sean capaces de recomponer en las tres jornadas de vida que le quedan a la fase eliminatoria del Torneo Bicentenario. Falta ver lo que suceda en los primeros duelos de la llamada “fiesta grande”.

El 0 en la calificación del examen sabatino, exhibe la incompetencia absoluta del cuadro rayado en el departamento ofensivo. La oportunidad que, en teoría, representaba ese encuentro para que los dos omares —Bravo y Arellano— demostraran que las posibilidades del equipo y las ilusiones de sus simpatizantes no estaban hipotecadas exclusivamente en las facultades (“de exportación”, obviamente) del “Chicharito” Hernández, se desperdició de manera lamentable. Un tiro (desviado) de Bravo en el primer tiempo, y dos más (detenidos por Muñoz) de Ulises Dávila en el segundo, fueron los únicos chispazos de un cuadro carente de chispa, imaginación e ideas colectivas.

El 3, en el otro rubro, deja en evidencia a Víctor Hugo Hernández, que obsequió el primer gol, y a la defensiva el pleno, que por ir al frente en sendas jugadas a balón parado, se regalaron para los contragolpes con que el Morelia hizo dos de los tres goles... y aun se las dejó barata.

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Todo eso mientras el Atlas, en Pachuca, con una alineación integrada exclusivamente por mexicanos —e incluso con el handicap de tener un hombre menos durante la mayor parte del partido—, jugaba mejor que en la mayoría de los encuentros precedentes, ganaba como visitante de un equipo que aún aspira a la “liguilla”... y, a la pasada, daba la razón a quienes sostenían, sin que el técnico y los dueños de la pelota se dieran por aludidos, que ninguno de los supuestos refuerzos sudamericanos enquistados en el plantel, da el kilo como tal.

Salvo Fuentes, que consigue salvarse con cierto decoro de la quema, los demás —Barbosa, Bottinelli, Vargas, Rómulo Marques...— son, para decirlo amablemente, jugadores del montón.