* Ni tan muerto...

Lo daban por muerto. Y, venido a ver...

*

Pocos pudieron, esta vez, suscribirse al consabido “Se los dije”. Los más dieron por descontado que al Guadalajara, en sus compromisos de la Copa Libertadores, le iría igual que en los más recientes del Torneo Bicentenario... o peor.

¿Qué otro augurio podía hacerse, a partir de los dictados de la lógica...?

*

Los hechos eran elocuentes: las “Chivas”, con su plantel completo, habían sido luz; con su alineación llena de parches --primero por la ausencia de sus cinco jugadores seleccionados, después por otras tantas lesiones--..., sombra.

Las pruebas eran contundentes: las derrotas acumuladas ante Morelia, Indios y Atlas, más el empate --por demás sorpresivo-- ante Cruz Azul, parecían cancelar, de antemano, la posibilidad de que el equipo más popular de México pudiera aspirar a la victoria ante un rival “canchero” como el Vélez Sarsfield, en un partido del certamen que para los equipos sudamericanos es, toda proporción guardada, el equivalente a la Liga de Campeones de Europa.

*

Ganar, pues, y ganar con la amplitud con que lo hizo (3-0), colma, sin duda --de momento, al menos--, los anhelos de los incondicionales del Guadalajara y las expectativas de sus propios jugadores y sus dirigentes. Los más optimistas alimentaban la confianza en que el equipo aletargado de las jornadas de la competencia doméstica en que tuvo que recurrir a la banca para completar los once, “se levantara y andara”, como el personaje (Lázaro) del relato evangélico; ¡pero no que se levantara y corriera los cien metros planos a la velocidad de Usain Bolt...!

Habrá quien pretenda, ahora, desprender de la victoria de la noche del miércoles, la conclusión de que los rayados ya están listos para proclamar el consabido “¡Échenme al gato...!”. Habrá, incluso, quien haga circular la versión de que los dirigentes del Manchester United van a regresar, presurosos, a poner otro montón de euros sobre la mesa para llevarse el paquete completo (el “Chicharito” Hernández... y Omar Bravo), y no faltará quien apunte al goleador “resucitado” como candidato natural a reemplazar a Sabah, recién borrado, por lesión, de la lista del “Tri”.

Falta, empero, que el tiempo diga si el miércoles ocurrió una metamorfosis espectacular del Guadalajara... o una actuación lamentable de un Vélez Sarsfield que se limitó a ser la sombra de sí mismo.

(Moraleja de la historia: “¡Achícale, compadre...!”).