* Mal chiste

Circuló, a manera de chiste de humor negro, la tarde del sábado, que dirigentes y jugadores del Atlas decidieron viajar a Monterrey... en autobús.

(La explicación obligada: la medida se habría tomado para evitarse, unos minutos antes del aterrizaje, el consabido anuncio del capitán que sonaría tan irónica como la proverbial referencia a la soga en casa del ahorcado: “Señores pasajeros, prepárense para el descenso...”).

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Dentro de lo previsible que resultaba la derrota de los rojinegros ante el Monterrey, porque los números proclaman, hoy por hoy, la superioridad futbolística de los reyneros, hubo un atenuante: los rojinegros estaban haciendo un buen trabajo, a tono con la mejoría que han apuntado en sus encuentros ante Santos Laguna y Cruz Azul --no obstante que los resultados lo desmientan--... hasta que el “Tabla” Hernández, quien tomó el lugar de Canales en el marco, franqueó el zaguán al envolver para regalo, en beneficio de Aldo de Nigris, un pelotazo que sin su colaboración quizás hubiera sido intrascendente.

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En lo que se decide, el próximo sábado, si se aprovecha la visita del Puebla --un equipo que notoriamente va a la baja-- para que el Atlas consiga, por fin, ya en la novena jornada, la primera victoria de una campaña que casi seguramente será de angustias y sobresaltos mayores a los habituales, también el Guadalajara salió con su “domingo siete”...

Al fenómeno del ausentismo de los aficionados en su nuevo estadio --algo que promete aliviarse un tanto en la jornada 10 del certamen, para la que está programado el “Clásico” contra el Atlas--, se sumó la inoperancia de los rayados, por partida doble...

En el aspecto ofensivo, naufragaron, en toda la línea, las supuestas “figuras” del equipo: Bravo estuvo inédito durante 36 minutos, y sólo se hizo notar cuando se ganó la tarjeta roja por una falta sobre Omar Flores; Bautista fue un cero a la izquierda durante 40 minutos, y así se lo hicieron saber, con sus abucheos, los aficionados, cuando dejó su lugar en la cancha a Michel Vázquez; Arellano fue reemplazado por Jesús Sánchez, porque José Luis Real decidió que si estaba en chino enderezar el partido con diez, hacerlo con nueve u ocho era imposible.

En el capítulo defensivo, baste decir que las intervenciones de Michel, en el marco, evitaron que la derrota se produjera con un marcador de escándalo.