Jueves, 13 de Noviembre 2025
Deportes | A propósito por Jaime García Elías

* La tarea

A propósito por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Hasta en Sayula ha llovido desde la primera vez que México despedazó a Honduras (por 8-2, el primero de abril de 1935) en una cancha de futbol, hasta hoy, exactamente 74 años después, que los herederos de las escuadras que protagonizaron ese episodio volverán a enfrentarse.

En aquellos tiempos, de lanzar cohetes, la superioridad absoluta del futbol mexicano --aun antes de la implantación formal del profesionalismo-- sobre los posibles rivales del área de la Concacaf, era indiscutible. En los actuales, de recoger varas, ha tenido que aceptarse la nueva realidad: desde que Honduras ganó a México, con toda legitimidad, el boleto para el Mundial de Alemania-74, los catrachos se sacudieron el yugo y se han convertido en una piedra permanente en el zapato de los mexicanos.

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Todos conformes: la victoria del sábado ante Costa Rica generó en torno del “Tri” un ambiente propicio para avanzar en la búsqueda de alguno de los boletos para el Mundial de Sudáfrica-2010. El triunfo sobre los ticos era tan previsible como la derrota de la primera jornada del hexagonal, ante Estados Unidos. Para el encuentro de hoy en San Pedro Sula, habida cuenta de los antecedentes (dos victorias de los mexicanos a cambio de tres derrotas en esa plaza), ganar sería lo ideal: diez de calificación y estrellita en la frente, como quien dice; no perder, aceptable.

No perder, para el “Tri”, representaría una conquista --mínima, si se quiere, pero conquista al fin-- en calidad de visitante. Puesto que ganar en casa y conseguir la mayor cantidad posible de puntos afuera prácticamente asegura la calificación, la tarea para los filibusteros de Sven-Goran Eriksson consistirá, por una parte, en confirmar los progresos que en el funcionamiento del equipo se advirtieron el sábado pasado, y, por la otra, en coronar esa actuación con lo que convencionalmente se aceptaría como un buen resultado.

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Los progresos, por si hay necesidad de subrayarlo, consistieron, primero, en la solidez que tuvo la línea defensiva, reforzada por una línea de volantes que aniquiló la creatividad del adversario; y después, en imponer un dominio que permitió hacer algo más que lo estrictamente necesario para ganar con claridad en el marcador.

Lo de menos es que ya no se gane con la holgura con que México lo hacía en los tiempos en que se amarraba a los perros con longaniza... y no se la comían.

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