* La lista

Finalmente, Sven-Goran Eriksson afinó la lista definitiva de seleccionados nacionales para el compromiso de la eliminatoria mundialista, ante Honduras, el miércoles de la próxima semana...

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Como era previsible, convocó a casi todos los “europeos” elegibles: Márquez, Osorio, “Maza” Rodríguez, Galindo, Salcido, Giovani dos Santos, Pardo, Guardado, Bravo y Vela. Diez en total... El gran ausente, en ese renglón, sería Neri Castillo, cuyo paso por el futbol inglés resultó intrascendente y de quien ahora se asegura que podría pasar al Betis de Sevilla, habitual inquilino de la sala de terapia intensiva en la liga de España.

A cambio de “cepillar” a Kikín Fonseca --rehabilitado como seleccionado nacional, después de una ausencia de más de dos años, apenas la semana pasada--, Eriksson llamó a filas a un “gringo”: Cuauhtémoc Blanco, de quien se asegura que en las filas del “Chicago Fire”, decidido a demostrar que su incorporación a la liga profesional estadounidense fue más acertada que la del mismísimo David Beeckham --la diva de ese circuito--, está teniendo, ya no su segundo, sino su quinto o sexto aire como futbolista.

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La lista, por sí misma, genera polémicas. Puesto que cada aficionado es, en su fuero interno, un seleccionador y técnico nacional ignoto, es inevitable que ciertos nombres resulten discutibles... y más si, como es el caso, el responsable del proceso es un recién llegado, en trance apenas de familiarizarse con las peculiaridades del medio.

Los temores acerca del éxito de la aventura en que se metió Eriksson, se acrecientan. Y no tanto --como se dijo cuando se le designó como sucesor de Hugo Sánchez una vez que éste fue despedido con cajas destempladas a raíz del estrepitoso fracaso que fue la participación mexicana en la eliminatoria para los Juegos Olímpicos-- por el muy relativo problema del idioma (en dos meses aquí, Eriksson ya entiende y se da a entender bastante bien en español), sino porque México ha perdido su jerarquía de gallo absoluto en el tercermundista corral de la Concacaf.

A México, en efecto, de unos años a la fecha, como consta en múltiples actas, cualquier hijo de vecino le falta al respeto.

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La cuenta regresiva está en su etapa final. La polémica en torno a las listas de Eriksson sólo se cerrará cuando el aficionado tenga en la mano los pelos de la burra: los resultados. Punto.