* Devaluados

En los “tiempos de lanzar cohetes” --hasta las vísperas del Mundial pasado, sin ir más lejos--, el futbol mexicano estuvo tan sobrevaluado que llegó a aparecer en el cuarto peldaño del escalafón mundial de la FIFA. Claro: la reacción natural era de rubor, porque una clasificación tan alta resultaba inexplicable, por no decir que sospechosa...

Los presentes, por lo visto, son “tiempos de recoger varas”: ayer, la misma FIFA dio a conocer sus listas para este mes de agosto. Y en ellas --¡oh, dolor...!-- México aparece en el modestísimo escaño número 32.

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Es obvio que las circunstancias recientes inciden en la clasificación. Por ejemplo, la conquista de la Eurocopa impulsó a España hasta la cima de la lista. La escoltan cuatro países del viejo continente: Alemania, Italia, Holanda y Croacia. Brasil y Argentina, con todo y sus títulos mundiales, descendieron --transitoriamente al menos-- de la cumbre hasta los modestos lugares sexto y séptimo, indignos de su “pedigrée”. Siguen otros cinco países europeos: la República Checa, Portugal, Rusia, Rumania y Francia. A continuación está una ensalada asiático-afro-europea: Turquía, Inglaterra, Camerún, Escocia, Bulgaria, Grecia, Ghana, Israel y Egipto. Los siguientes tres peldaños corresponden a países sudamericanos: Paraguay, Colombia y Uruguay. Los siete siguientes, a otro “tutti-fruti”: Costa de Marfil, Suecia, Nigeria, Ucrania, Polonia, Noruega y Estados Unidos.

Y es en seguida, detrás de Estados Unidos, que, por fin, en el lugar número 32, aparece México.

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Se comprende que el fracaso en la eliminatoria olímpica haya contribuido a devaluar al futbol mexicano. Éste, de hecho, ya venía a la baja... y no tanto porque atraviese por una etapa crítica en materia de resultados, sino porque su caso --evidentemente el de un “perro inflado”, para utilizar una expresión cervantina-- sirvió a la FIFA como llamada de atención al efecto de modificar, depurar o corregir sus criterios, obviamente erráticos.

Por supuesto, cabe suponer que México ascenderá una buena cantidad de peldaños si resuelve exitosamente la eliminatoria mundialista. Si clasifica primero en su zona geográfica, tanto mejor. Y si en el Mundial va más allá de su límite histórico --el cuarto partido--, mejor aún.

En todo caso, el tiempo acabó por dar la razón a quienes advertían que México, en los citados “tiempos de lanzar cohetes”, corría el grave riesgo de que se le aplicara la sentencia evangélica: “El que se ensalza, será humillado”...