* Bocetos

La semana pasada, ante Bolivia, se trataba de dar la oportunidad a jóvenes como Jonathan Orozco, Luis Michel, Aldo de Nigris y el “Chicharito” Hernández.

Éstos, con su desempeño en la competencia doméstica, estaban requisitando su solicitud de una oportunidad en la Selección. Dos de ellos, al menos --el arquero del Monterrey y el goleador del Guadalajara--, consiguieron, en el primer examen, el visto bueno de Javier Aguirre.

Hoy, ante Nueva Zelanda, con los “europeos” en el elenco, es de suponerse que el técnico nacional trazará algunos bocetos complementarios de su proyecto de equipo para el Mundial que comienza dentro de 99 días.

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Hay quienes quisieran que el “Tri” enfrentara sinodales más exigentes: adversarios con un mayor grado de dificultad. Si el de la semana pasada (Bolivia) ocupaba el modesto peldaño número 55 en el escalafón mundial, el de esta noche (Nueva Zelanda) es inquilino del aún más modesto lugar número 79 de la clasificación. Con una diferencia a favor de los “All White”: que éstos sí estarán en el próximo Mundial. Lo harán en el grupo de Paraguay, el campeón Italia y Eslovaquia. Y precisamente porque su historial, más bien humilde, parece condenarlo al papel de carne de los leones en Sudáfrica, pudiera ser que afrontaran el compromiso de esta noche como una oportunidad de demostrar que no necesariamente van a ser el pichón que muchos supondrían.

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De vuelta con el “Tri”: si se trata de apuntalar el equipo que sufrió para conseguir el boleto al Mundial, en un proceso que dejó en el camino a dos  entrenadores nacionales --un tal Hugo y un tal Sven...--, habrá que esperar que el cuadro, prácticamente con lo mejor de que puede echar mano Javier Aguirre, mejore la muestra del encuentro anterior en cuanto a desempeño futbolístico... y haga otro tanto en cuanto al resultado.

Vaya: aunque de antemano se sabe que el resultado es secundario en los encuentros de preparación, en el caso resultará inevitable hacer comparaciones: si hace una semana se tuvo la solvencia futbolística para trasladar a la cancha la superioridad teórica sobre el adversario y se puso al experimento la rúbrica de un marcador aplastante (5-0), aun con una especie de “Selección B”, esta noche, con la ventaja de tener el mejor material humano posible, no parecería  descabellado esperar que, en todos aspectos, se repita la historia.