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Viajes que son obras de arte

''Hago obra que parte del registro de lo cotidiano para dar una cierta importancia a lo que de otra manera desaparecería'', explica Florencia Guillén

Por: EL INFORMADOR

Florencia Guillén, artista plástica.  /

Florencia Guillén, artista plástica. /

GUADALAJARA, JALISCO (14/FEB/2012).- Después de 12 años de formación artística y trabajo en Europa, Florencia Guillen (Ciudad de México, 1978) regresó en el 2010 a Guadalajara, ciudad en la que creció y donde vive actualmente. Además de producir obra en la que explora temas de la vida cotidiana a través de diversos medios, Florencia es docente en el Tecnológico de Monterrey, donde imparte las materias de Historia del Arte, Arte Contemporáneo y Dibujo Artístico.

Se graduó de la carrera de Historia del Arte y Artes Visuales en Goldsmiths College, en Londres, Reino Unido, y cursó una maestría en Artes Visuales en The Slade School of Fine Art en la misma ciudad. Ha participado en exposiciones colectivas en Holanda, Italia y  Reino Unido, y ha tenido exposiciones individuales en el Reino Unido, Polonia y Colombia. Ha sido artista en residencia en distintas organizaciones culturales en China, Polonia, Colombia, México y desarrolló un proyecto de investigación a lo largo de la ruta Transiberiana como parte de un premio otorgado por University College of London.

De Londres a Guadalajara

“Primero estudié dibujo y pintura en Italia: una formación súper clásica de dibujar gente encuerada durante 8 horas al día. Después me fui a hacer la carrera en Artes Visuales e Historia del Arte en Londres y decidí enfocarme en video, de donde vienen bastantes conceptualizaciones de mi obra que hoy abarca también instalación, sonido y dibujo.

Hice la maestría en The Slade School of Fine Art y me gustó mucho más que la carrera, porque era más escuela de arte –no tanto de crítica— y éramos como 20 alumnos por año.

En total estuve 2 años en Florencia y 10 en Londres. Estudiar allá fue la mejor experiencia pero trabajar no tanto. Trabajaba en una escuela y como investigadora de proyectos, pero era mucha presión. A lo mejor trabajar como artista sí me hubiera gustado, porque hay tantos que siempre puedes pertenecer a una comunidad. Pero digamos que trabajar allá para ganar la papa no me gustó tanto.  

Regresé a Guadalajara hace dos años y siento que me he tardado en aterrizar. Ahora doy clases en el Tec de Monterrey 10 horas a la semana, con lo que me puedo mantener y hacer obra. Pero sobre todo para exponer me ha costado trabajo entrar al circuito local. Creo que tal vez aquí es más difícil encontrar tu campo y también muchos de mis contactos profesionales están allá.

En cuanto a la escena en Guadalajara creo que hay buenas cosas, pero casi siempre a través de la burocracia municipal. Aún así creo que las galerías urbanas están mejorando en calidad: el Museo Raúl Anguiano ha traído cosas padres; en el Cabañas he visto buenísimas exposiciones últimamente. Yo creo que ganas y apreciación sí hay.

Vivir en Guadalajara tiene sus pros y sus contras. Aquí tienes mejor calidad de vida y puedes trabajar más como artista, pero siendo periferia y no centro, es más difícil que vean tu obra. Pero se tiene que valorizar en qué punto de tu vida quieres estar en el centro y agarrar huesos, o trabajar e ir creciendo orgánicamente.

Crear el suceso artístico

Empecé a trabajar con video y mucho de lo que hacía era medio misterioso. No Realismo Mágico, aunque  siempre lo acababan relacionando en mis críticas por ser mexicana. Mi tesis fue sobre arte chicano, entonces tenía algo que ver con la identidad, con estar en otro país. A raíz de eso empecé a trabajar mucho a través de residencias porque me gusta mucho viajar, por ende mi obra se volvió sobre viaje. También tengo intereses antropológicos: qué pasa en un lado y que no pasa en otro. Mis piezas son construidas a través de experiencias que suceden en la calle o viajando.

Los sucesos en los que me baso para hacer mi obra casi siempre tienen lugar en el espacio público. No soy para nada la artista que está dibujando en el estudio todo el día. Me gusta salir y que la acción suceda en la calle. He trabajado mucho en mercados: hice un concurso del rey del grito en un tianguis en San Bernardo, que luego repetí en China en el mercado de la seda: los vendedores gritaban y los jueces determinaban al ganador mientras yo tomaba video. Ese proyecto acabó siendo una gráfica de los mejores momentos que después se expuso.

Me gusta que mis proyectos salgan de cosas simples como la interacción básica de ir al mercado, pasear por una calle, o de conversaciones con gente. Hacer obra acerca de estos momentos que parecerían insignificantes es como registrar lo más básico de mi existencia y la de la gente que me rodea. Hago obra que parte del registro de lo cotidiano para dar una cierta importancia a lo que de otra manera desaparecería. Es hacer de la vida misma la fuente del proceso artístico.

En China, por ejemplo, estuve en una residencia, y mi proyecto era ir a buscar a la Virgen de Guadalupe hecha en China. Al final la encontré, pero más que eso fue la documentación en video de todo el camino: yo me estaba quedando en un hotel en Beijing y tuve que viajar 17 horas en tren, y verme con un tipo que me llevó a un mercado enorme donde vendían toda la chacharera del mundo. Al final el video salió bastante chusco.

De métodos y prácticas

Lo que más me gusta de viajar es que siempre te estás traduciendo, y te vuelves más buena onda. Te sales de tus costumbres y haces elecciones más sinceras. Es también una confrontación con el otro, pero de una manera alivianada.

Además de dar clases y hacer obra practico meditación, porque si no lo hago me vuelvo loca. Lo hago con regularidad, no cotidianamente porque la disciplina no se me da. Pero creo que es una práctica esencial para poder aterrizar muchas cosas: desde parar la actividad mental que no es necesaria o para entenderte a ti misma sin tanto ruido externo.

A la hora de producir soy bastante de investigar. Una de las metodologías que más utilizo es la de seguir pistas, un poco como la labor del reporteo, aunque en otras ocasiones he sido menos reportera y más antropóloga, más observadora. Como un viaje que hice en tren de Moscú a China, en el que iba documentando cómo cambia el comportamiento del oeste al este. Esto resultó en una instalación de 10 pantallas con diferentes escenas con el sonido trabajado a parte, que era el elemento que te guiaba de una pantalla a otra.

Yo creo que estar produciendo con una intención artística dentro de cierto terreno de acción, hace que lo que hago no sea ni periodismo ni antropología. La manera en que se procesa la información y se expresa va dentro de un discurso de esta disciplina, sobre todo desde que el arte contemporáneo adopta formas múltiples de expresión. No es tanto el medio que define algo artístico sino la intención.

El rol del artista contemporáneo


Para mí la labor de algunos artistas es traducir a formas alternativas ideas o situaciones de su contexto. Sí creo que es una responsabilidad social, pero no desde el punto de vista de un activista, historiador o político, sino desde un punto más libre y sutil. El arte ha tenido roles muy distintos a través de los siglos, así que definir una sola labor me parece difícil ya que hay muchas preocupaciones en los artistas contemporáneos. Una buena respuesta a eso es la de un escultor británico llamado Tony Beckwith, que dice que el rol del artista es abrir preguntas, y por eso yo entiendo una labor activa e involucrada en cualquier tema, con un fin de expresión de alguna manera estético, casi filosófico.

Creo que a través de este interés que tengo en el viaje, la convivencia social, lo insignificante, y mi método de creación que viene a partir de mi curiosidad hacia todo lo que me rodea, hace mi manera de ver el mundo y comunicarlo. Es simplemente como una celebración de la existencia misma. En este marco dejo que entren mil temas a explorar y hago de mi profesión un sinfín de exploraciones acerca del mundo. Creo que la curiosidad y apertura hacia lo otro es lo que hace de la vida más interesante y al exponer esto en mis obras creo que dejo abiertas las puertas hacia algo diverso”.

La curiosidad y apertura hacia lo otro, es lo que hace de la vida más interesante y al exponer esto en mis obras creo que dejo abiertas las puertas hacia algo diverso

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