GUADALAJARA, JALISCO (16/AGO/2017).- “Como periodista, lo único que me queda es contar las historias”, afirmó en entrevista María Antonieta Flores Astorga, quien recién publicó este 2017 el libro “Niños a la carta”. La historia que nos presenta es una crónica de su investigación sobre las adopciones de niños mexicanos, publicado por Editorial Ágata.El libro narra cómo operaba la red de Carlos López Valenzuela para ganarse la confianza de madres solteras, en las zonas marginadas de la capital de Jalisco. A cambio de dinero por “prestarle” a sus hijos durante varios días, el equipo de delincuentes comenzaba los trámites para que extranjeros adoptaran “legalmente” a los infantes, aprovechándose de vacíos legales y de la situación de las madres.Para Flores Astorga, es historia resaltó por sus características: “Me pareció, me sigue pareciendo, algo asombroso. El hecho de estar con estas muchachas, hablar con ellas, que no sabían a quién le daban a sus hijos ni a dónde se los llevaban. Pero el dinero era buen dinero: a las sirvientas no les pagan 500 pesos diarios. A ellas se los daban sin moverse de su casa”.La combinación de pobreza y falta de educación resultó en un panorama desolador para las madres, que vieron en la red de secuestradores una salida fácil y momentánea para sus necesidades: “Es la miseria, la pobreza, la falta de oportunidades. Todos los trabajos que he hecho con niños llegué a la conclusión de que en este país no los atendemos. Ni a los jóvenes”.La autora de “Niños a la carta”, continuación de “Carriolas vacías”, comentó uno de sus objetivos al relatar esta historia: “Uno trata de decir las cosas como son, despertar en la gente mínimo la compasión, no criticarlas nada más… Lo que es anormal, aquí ya es normal”.Ilustraciones para la tragediaAcompañando a la narración de los hechos, la edición presenta una serie de dibujos de Ramadam Karim. Realizada con la técnica de carboncillo, la decena de obras presentan postales sobre la desigualdad, con una visión sombría que combina con la dura historia que viven las víctimas de secuestros, trata y otras injusticias que convergen en Niños a la carta. Los originales de las ilustraciones se exponen en la Fundación Black Coffee Gallery (Avenida Inglaterra, núm. 67, San Juan de Ocotán).SABER MÁSAdemás del público lector en español (pronto en librerías como Gandhi, Fondo de Cultura Económica y Gonvill), María Antonieta buscará llevar “Niños a la carta” más allá de las fronteras del idioma, para presentar la obra en el otro extremo del problema, el lugar de origen de muchos de quienes adoptaron a los niños: “Sueño con hacerlo en inglés, para irme a Irlanda y que lo conozcan. Hay niños que devolvieron así: están en el limbo. Niños tapatíos detenidos en un albergue sin que nadie los mueva”.