Domingo, 12 de Octubre 2025
Cultura | 'La parte inventada' tiene como protagonista a El Escritor y a la literatura misma

Un gran libro de Rodrigo Fresán

'La parte inventada' es una novela que tiene como protagonista a El Escritor y a la literatura misma

Por: EL INFORMADOR

El autor prefiere los libros de papel, 'me gustan las portadas, prestarlos, extraviarlos, cambiarlos, garrapatearlos'. EL INFORMADOR / C. Armenta

El autor prefiere los libros de papel, 'me gustan las portadas, prestarlos, extraviarlos, cambiarlos, garrapatearlos'. EL INFORMADOR / C. Armenta

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2014).- Muy pocas son las novelas extensas que se escriben en la actualidad. El mercado y con él los lectores han preferido, en muchos casos, los formatos cortos. Sin embargo, Rodrigo Fresán no es un autor de pocas páginas. Narrador incansable y exhaustivo, todas sus novelas parecen ser la novela total de la literatura "Si uno va a actuar o a escribir según las actuales preferencias del mercado, me parece que es firmar un pacto mefistofélico que se puede volver en tu contra, no me siento antes a escribir y pienso que voy a escribir un libro larguísimo o un libro breve, tengo algo que contar y eso va a ocupar una cantidad determinada de páginas. No me interesan los tamaños, El Gran Gatsby es un libro inmenso, la literatura tiene cierta relatividad en cuanto a los tamaños", aseguró Fresán.

De esta manera es que Rodrigo Fresán ha escrito 'La parte inventada', una novela que tiene como protagonista a El Escritor, y más allá de él, a la literatura misma, rasgo que atraviesa el resto de su obra. Escritores que escriben sobre escritores y sobre la cuestión de hacer literatura "a mí me interesa mucho la figura del escritor casi desde un punto de vista zoológico, como animal o espécimen. Me interesa también la literatura que finalmente es la materia con la que yo trabajo. La premisa de este libro es preguntar cómo funciona la cabeza del escritor, una cabeza que es la mía, con la que yo vivo siete días a la semana, 24 horas. Así como los móviles tienen su modalidad avión, yo vivo en modalidad escritor. Quería traducir ese sentimiento a palabras. No sé si lo conseguí, pero esa es la idea y el desafío".

Para Fresán siempre ha sido muy fácil amalgamar dos lugares que parecen irreconciliables: la alta literatura con la cultura pop. Esta novela no es la excepción; una gran novela, de un montón de páginas y con ambición decimonónica, unida a temas contemporáneos. Estrategia que no es novedosa "la cultura pop y la alta literatura son también muy relativas. En su momento Jane Austen era cultura pop, Charles Dickens era cultura pop. Después el paso de los tiempos les va dando una pátina de clasicismo y de trascendencia. Obviamente ya eran grandes libros. A mí muchas veces me señalan, como parte de mi estilo, que se comentan muchas canciones. No obstante eso ya está en Kerouac, en Fitzgerald y la música del jazz, en los bailes de Austen que ya mencioné. No es un rasgo novedoso, sino más bien inevitable".

Canciones Tristes

La invención de un lugar, una geografía que es por completo un sitio ficcional, ha sido ya explorado por otros autores. En el caso de Fresán este lugar lleva el nombre de Canciones Tristes y aparece continuamente en sus libros. Algunas veces como Sad Songs, otras veces como Rancheras Nostálgicas, "Canciones Tristes es un homenaje al realismo mágico, pero es también algo muy cómodo. Para un escritor inventarte un sitio que puede estar en cualquier sitio es el lugar perfecto. Me funciona mucho. Se trata de una ciudad que puede estar en muchos lados. El origen es la Patagonia, pero de ahí, al infinito y más allá, como decía Buzz Lightyear".


Libros de papel en la maleta

Las libros de Fresán para este viaje que ha hecho a la FIL Guadalajara 2014, son pocos y además, son libros ya leídos.

"Me cuesta cada vez más leer cuando viajo así que opto por releer. Leer libros incluso que ya me los tengo tan asimilados que es como si no los leyese, como si fuese agua. Me traje tres libros que para mí son muy importantes: Nueve cuentos de Salinger, otro es Música para camaleones de Truman Capote y el tercero es Historias Fantásticas de Adolfo Bioy Casares. Tres libros que leí cuando ya era lector y escritor, pero todavía no había publicado".

Estas obras, indispensables para Rodrigo, viajan en su maleta y son libros convencionales, libros de papel, alejados de los nuevos dispositivos "Yo no tengo libros digitales y no me gustan. Me gusta el peso variable de los libros, no que todos pesen igual; me gustan las portadas, prestarlos, extraviarlos, cambiarlos, garrapatearlos. Me gusta encontrarme cosas adentro de los libros años después. El verbo descargar no me gusta. Prefiero las librerías".

EL INFORMADOR / CARLOS ARMENTA

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones