GUADALAJARA, JALISCO (20/SEP/2017).- El autor Carlos Fonseca, nacido en Costa Rica (1987) y criado en Puerto Rico, presentó “Museo animal”, su segunda novela. Fonseca visitó la Feria del Libro Internacional de Guadalajara en su edición pasada, como parte de la delegación de Latinoamérica. Allí presentó “Coronel Lágrimas”, su primera novela.Sobre su par de libros, ambos publicados en Anagrama, comentó en entrevista desde Londres: “Estuve trabajando en esta novela antes de ‘Coronel Lágrimas’. Es un proyecto anterior, pero el primer libro se interpuso, tal vez porque no estaba preparado para escribir la novela. Coronel Lágrimas parte de una voz narrativa medio extraña, un nosotros plural que mira al protagonista. Un poco escribí esa novela tratando de entender a dónde podía llevarme esa voz. Museo animal es una novela más pensada, con cinco partes, cada una con su voz narrativa distinta. Creo que se diferencia en ese sentido”.Una constante en la prosa de Fonseca son las descripciones visuales, también por la referencia a las artes plásticas. De ello, agregó: “Sobre todo en ‘Coronel Lágrimas’ aparece esa voz narrativa que constantemente era como una cámara cinematográfica. En ‘Museo animal’ me interesó también producir campos visuales, imágenes que al lector le interesen, se le queden grabadas. Hay un peregrinaje a través de la selva latinoamericana. El mundo visual ligado al protagonista, un fotógrafo, es algo muy presente”.El EZLN como detonanteLa presencia de la selva comienza en México, con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Sobre su acercamiento al tema, dijo: “Es una novela sobre la identidad, el anonimato, las máscaras. La búsqueda de la identidad termina como juego de máscaras. Tenía esa idea conceptual, la del anonimato y el camuflaje. No lo tenía muy claro cómo se podrían anudar las distintas historias hasta que leí el comunicado del Subcomandante Marcos donde dice que va a desaparecer. Era la pieza central que le daba sentido al mosaico narrativo que estaba construyendo”.Al igual que las máscaras, una técnica narrativa de Fonseca es la referencia a la representación, una especie de palimpsesto creativo con lo ya existente: “Siempre está el juego con lo ya escrito y la repetición de lo ya hecho. Es un tema de la novela: qué ocurre cuando se repite algo, cuando se reescribe. Está toda la cuestión de la tragedia y la farsa, con la famosa frase de Marx: ‘La historia ocurre dos veces: la primera vez como tragedia y la segunda como farsa’”.Este modelo de quehacer literario es común en las literaturas contemporáneas: “Creo que es algo muy presente en escritores de mi generación. No es una idea nueva, está en Borges la idea de que ya todo está escrito. La cuestión es ver cómo retomamos ese material y creamos nuevos marcos, nuevas situaciones narrativas y otras historias que le den sentido”.Piglia, su influenciaAdemás de la referencia a Borges, hay otro autor argentino que influye en Fonseca, pues fue su profesor, Ricardo Piglia: “Fue mi profesor en la Universidad de Princeton. La novela está dedicada a él por su generosidad. Murió este año, es una novela que también es un homenaje a él y su manera de entender la literatura”.De él aprendió que “La escritura se trata de una forma de lectura. Escribir no es algo distinto a leer. Escribimos para poder leer el mundo. En ciertos casos en los que le interesaba a Piglia, el mundo político. En los géneros policiales es una manera de leer la situación política actual”.
